Noche interactiva

MICHEL HERNÁNDEZ
michelher@granma.cip.cu

Un concierto de Interactivo es como una montaña rusa. Lleva a sus seguidores a cuestas de un intenso viaje musical que se mueve bajo los parámetros de lo imprevisible y pega justo ahí, donde su público espera.

Foto: Ismael BatistaUn concierto de Interactivo le brinda al espectador la posibilidad de vivirlo de la forma que quiera. Puede dejarse arrastrar por las aguas de este huracán rítmico y bailar hasta el cansancio; dedicarse a repasar las lecciones de virtuosismo de sus músicos; quedar imantado por la proyección escénica de sus vocalistas, o escuchar con detenimiento los puntos de vista sobre el mundo real que se desliza sobre sus textos.

Hace años el grupo liderado por Robertico Carcassés viene dando mucho de qué hablar en la música cubana contemporánea. Escuchándole nuevamente en directo podemos (re) afirmar que su libertad creativa sigue siendo una de sus principales armas cuando entran en acción. Un concepto artístico que le permitió, una vez más, trasladar al público hacia un terreno donde lucharon a brazo partido los ritmos del funky, el rap, el jazz y de la música popular cubana, y dar cátedra de lo que realmente significa la palabra fusión.

El ex integrante de Estado de Ánimo descifró sus cartas desde el inicio del concierto en el cine 23 y 12. Llevó sus manos al teclado, se colocó al mando de un grupo de músicos de primera línea que establecieron una invalorable complicidad entre ellos y, también, le puso cara al estilo de la banda, cuando llamó a Francis del Río, una de sus figuras frontales.

Francis demostró que no se ha olvidado de ser Francis. Corrió de un lado a otro del escenario, como si fuera una versión insular de George Clinton, líder de Funkadelic, estableció una inquebrantable química con el público, y exponenció su figura de showman con la interpretación de varios temas que recogen la personalidad de la agrupación: Chica cubana, Si tú supieras (Mara), Que no pare el pare, ¿Quién dijo?, entre otros.

La soltura y el nivel de improvisación de los músicos encontraron en el respaldo vocal de Melvis Santa otro de sus cauces naturales. La ex Sexto Sentido, junto a su hermana, Brenda Navarrete, compartieron escenario con el autor de Sentimiento, y se reafirmó como una de las figuras de peso en el mestizaje sonoro de la banda, cuyo performance afianzó su poder con la entrada de Haydée Milanés.

La hábil combinación de las voces y el empuje de los instrumentistas, convirtieron de golpe a la noche en una explosiva celebración rítmica al mejor estilo Interactivo y lograron que los espectadores alcanzaran el clímax en la recta final: como si estuvieran en una montaña rusa.

 

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