Si hay cansancio, jubílese; pero no se convierta en freno, no se
convierta en obstáculo, no se convierta en estorbo. Hay mucho que
hacer y esta tarea es de revolucionarios. No basta con haber sido
revolucionario ayer, hay que saber ser revolucionario hoy, hay que
saber ser revolucionario mañana. Y hasta, incluso, se puede ser
revolucionario no estorbando, no estorbando.
Vengan nuevos cuadros, vengan nuevas generaciones de hombres;
promuévanse los más aptos; no se aferre nadie a los honores, ni a
los cargos; que eso siempre ha costado muy caro a los pueblos.
Vengan nuevas generaciones mejores que nosotros, vengan nuevas
generaciones más aptas que nosotros, que gustosamente les iremos
dando el puesto de vanguardia; pero lo que no dejaremos de ser
jamás, jamás dejaremos de ser revolucionarios; jamás nos
conformaremos con media Revolución, jamás nos resignaremos al
mínimo, sino al máximo, jamás nos detendremos en la mitad del
camino.
Creemos que tenemos el derecho a llamarnos revolucionarios, pero
no lo tendremos cuando renunciemos a marchar hacia delante.
(Fidel, el 28 de septiembre de 1966)