Cuba emplea su potencial científico en el desarrollo de
importantes investigaciones dirigidas a identificar y mitigar los
probables efectos del calentamiento global sobre el país, aseveró el
doctor Fernando González Bermúdez, viceministro primero de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente, en la penúltima jornada del VIII
Congreso Internacional sobre Desastres, que reúne a más de 400
delegados de 38 países.
Cuando profundizamos en los resultados de los estudios basados en
las evidencias científicas, la aplicación de modelos, y los
criterios de los especialistas, se ratifica la alta vulnerabilidad
del archipiélago cubano al cambio climático por su condición de
pequeño estado insular situado en el trópico, indicó.
La principal amenaza identificada es el ascenso del nivel medio
del mar, que si bien por su grado paulatino en cuanto a pérdida de
terreno y salinización de los acuíferos pudiera no llamar la
atención en lo inmediato, en la práctica implica un deterioro
silencioso del patrimonio natural, productivo o construido, subrayó.
En su conferencia magistral el vicetitular del CITMA dijo que
hasta el momento han sido diseñadas siete metodologías para la
identificación del peligro, cálculo de las vulnerabilidades y el
riesgo, ante intensas lluvias, inundaciones costeras por
penetraciones del mar, sismos, sequías, deslizamientos de tierra,
incendios forestales, y otros fenómenos.
Señaló que como parte del Macroproyecto sobre Peligros y
Vulnerabilidad Costera, en el cual participan especialistas de 12
instituciones, en el 2009 se terminó la segunda versión del mapa
informe de alerta temprana ante los impactos del cambio climático,
con especial atención al ascenso del nivel del mar para los años
2050-2100.
Nuestros científicos trabajan también en la conformación a largo
plazo de una red de monitoreo sobre el estado y calidad de la zona
costera, la más expuesta a la acción del calentamiento global,
sentenció.
Según las evidencias observadas en las últimas décadas, el clima
cubano es hoy más cálido y extremo, con una expansión del verano y
una reducción del invierno.
El incremento de la temperatura media anual en 0,6 grados
Celsius, el aumento de la frecuencia de sequías, y el ascenso del
nivel relativo del mar a una velocidad de 2,14 milímetros por año,
son algunos de los cambios apreciados durante la segunda mitad del
siglo XX en la mayor de las Antillas.
La clausura del evento sobre desastres y de la IV Conferencia
Internacional de Bomberos, tendrá lugar esta tarde en el capitalino
Palacio de las Convenciones.