Ciudad Juárez, ¿qué vendrá después?

Olga Díaz Ruiz

Las cifras, aunque de forma aterradora, hablan por sí solas. denuncian y condenan la realidad de la norteña urbe mexicana. Poco asombra ya a quienes viven aquí. El horror se les ha vuelto cotidiano.

Ciudad Juárez equivale ahora a 10 000 menores huérfanos, 60 000 familias desplazadas y más de 22 000 asesinatos vinculados al crimen organizado, desde que se recrudeciera en el 2006 esta guerra sin cuartel en todos los frentes de la plaza fronteriza con Estados Unidos.

¿La manzana de la discordia? El control de las rutas de comercio de drogas desde Colombia y otras regiones sudamericanas hasta los consumidores norteamericanos. Un "perfecto" corredor para el narcotráfico...

La localidad chihuahua, vecina de la estadounidense El Paso, inunda a diario las noticias con su imparable ola de asesinatos y secuestros, que dejó en el 2009 cerca de 2 700 muertos y en lo que va del 2010 se ha anotado más de 1 086, para un promedio no menos escalofriante de siete víctimas diarias. Mientras, el narcotráfico mueve al año de 20 a 35 000 millones de dólares en todo México.

Juárez, una ciudad con una población de 1,3 millones de habitantes, figura por segundo año consecutivo como la más violenta del mundo, "gracias" a los continuos enfrentamientos entre los cárteles locales, y de estos con las fuerzas policiales, que hasta ahora no han logrado detener los episodios de asaltos, agresiones y homicidios, que se suceden sin descanso por sus cuatro costados.

Allí han intentado casi todo. Apelando incluso a las fuerzas armadas. Y todo parece indicar que los traficantes de drogas se han tragado el empuje de soldados y agentes del orden.

Por si no bastara, los cárteles se están disputando a punta de pistola Tijuana, Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas, y hasta en las calles del Distrito Federal está comenzando a crecer la nómina de cadáveres.

Ante la expansión de la violencia, la economía local se ha visto todavía más resentida. Hasta el momento permanecen detenidos 140 millones de dólares en proyectos de expansión y atracción de nuevos negocios. Los empresarios temen a las balas, al descalabro, y a los asaltos diarios en esta ciudad prácticamente ingobernable.

La situación de inseguridad ha llegado a provocar durante los últimos dos años el cierre de por lo menos 10 000 comercios, la pérdida de un número indeterminado de empleos, y un incremento del 500% en el costo de operación de las empresas, que se han visto obligadas a invertir más en sistemas privados de protección.

Pero en este asunto queda todavía mucha tela por donde cortar.

Según fuentes estatales, nueve de cada diez armas en manos de las bandas de narcotraficantes provienen de Estados Unidos, que constituye además el mayor consumidor de drogas del mundo.

Recientemente, el ministro del Interior mexicano, Fernando Gómez Mont, alertó sobre la necesidad de que la Casa Blanca asuma "ya la factura de que es su dinero, el de su mercado de consumo, el que fomenta e incentiva la acción de la violencia" en territorio chihuahua.

El funcionario hizo estas afirmaciones tras rechazar la propuesta del ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, de organizar un operativo similar al Plan Colombia, que incluye la intervención en suelo mexicano de militares estadounidenses para luchar contra el narcotráfico. La misma estrategia de siempre.

Al respecto, Gómez Mont refirió que si bien el país requiere de solidaridad y apoyo internacional, lo que más se necesita en estos momentos es que los estadounidenses asuman a conciencia su responsabilidad en esta lucha.

Días después el presidente Barack Obama aceptó públicamente la implicación de Washington en la crisis de seguridad que vive Ciudad Juárez, y añadió que su gobierno está "reforzando" las acciones para atacar el tráfico ilegal de armas y de dinero en efectivo hacia México, elementos que afianzan el poder de los grupos criminales.

Pero hasta ahora Ciudad Juárez sigue viviendo días grises. Las palabras no detienen la violencia y la urbe necesita acción. Nadie puede quedarse cruzado de brazos. La realidad de la localidad chihuahua es una bomba de tiempo. Y quién sabe lo que vendrá después...

 

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