El
presidente de México, Felipe Calderón, se unió a las múltiples
personalidades que expresan hoy su profundo pesar por el
fallecimiento del escritor portugués José Saramago, Premio Nobel de
Literatura 1998.
La muerte del autor de El Evangelio según Jesucristo, Caín,
Tierra de pecado y otras tantas novelas, representa una dolorosa
pérdida, no sólo para las letras iberoamericanas, sino para el
pensamiento humanista contemporáneo, señaló el mandatario en una
nota oficial.
Escritor, periodista y dramaturgo, Saramago constituye un
referente indispensable en la literatura universal, pues permite
entender, a través de la imaginación y una sutil ironía, las
transformaciones de nuestras sociedades, apreció el jefe del
Ejecutivo federal.
Para la presidenta de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia
y Tecnología de la Confederación Parlamentaria de las Américas,
Claudia Corichi García, la humanidad perdió al constructor de un
gran tesoro que el mundo siempre valorara.
Toda su vida se caracterizó por ser un revolucionario, un
personaje que siempre estuvo defendiendo a través de su escritura a
los menos favorecidos, contra los grandes poderes, pero sobre todo
mostraba su malestar contra la injusticia y era un gran defensor de
los derechos humanos, señaló.
La senadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD)
expresó que el Grupo Parlamentario de esa organización se une a la
pena que embarga a la nación portuguesa por la pérdida de quien deja
al mundo un legado literario difícil de superar.
El Fondo de Cultura Económica (FCE) de México recordó a Saramago
como a uno de los escritores más entrañables, sencillos y queridos
del mundo literario hispanoamericano.
En comunicado de prensa, la institución estimó que el Premio
Nobel de Literatura portugués fue un amigo y recuerda que el FCE
publicó distintos títulos suyos dentro de la colección Cuadernos de
la Cátedra Alfonso Reyes.