La efectividad de la invasión a Afganistán está en entredicho y
el secretario general de los países aliados, Anders Fogh Rasmussen,
reconoce las dificultades, mientras que desde el campo de batalla
las noticias son desalentadoras.
Reunidos este viernes en el cuartel general de la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), los ministros de Defensa de
los 46 países que participan de la agresión escucharon a Rasmussen
anticipar días difíciles, antes de entregar el mando de la nación a
las autoridades locales, reporta Prensa Latina.
La ofensiva de la OTAN a las zonas de Helmand y Kandahar, donde
está el bastión de los nacionalistas afganos, recibe una resistencia
encarnizada, reconoció Rasmussen, al explicar que es el lugar donde
podría infligirse a los locales una derrota decisiva.
El máximo responsable de la Alianza atlántica dijo ver
resultados, pero no explicó cuáles eran, a pesar de las numerosas
bajas que a diario sufren los invasores.
El tema que centra la reunión en Bruselas es la transición del
control de Afganistán al actual gobierno este mismo año, además de
reajustar planes en concordancia con la crisis económica que sufren
los países integrantes de la coalición agresora.
Al respecto, contrastan las opiniones de Rasmussen con las
expresadas por el general estadounidense Stanley McChystal, jefe de
las tropas invasoras de la OTAN en Afganistán, quien dijo que se
retrasaría la ofensiva a Kandahar, sobre la cual dudó en calificarla
a priori como decisiva.
Estas declaraciones están en consonancia con las numerosas bajas
invasoras, que suman 250 en lo que va de año, el doble en igual
etapa del 2009. Sólo en la última semana murieron una veintena de
soldados de las tropas aliadas.
Algunos observadores opinan que estas controvertidas
informaciones provocaron la sorpresiva visita del primer ministro
del Reino Unido, David Cameron, a Afganistán, para conocer de
primera mano la situación de los militares de su país.
Según el periódico londinense The Guardian, durante la inspección
el jefe de gobierno británico debió cancelar muchos de sus
movimientos por amenazas de un atentado.
A pesar de la política de fuertes ajustes económicos en el Reino
Unido, Cameron anunció hoy un presupuesto adicional de 67 millones
de libras esterlinas (81 millones de euros) para la guerra y dijo
que este conflicto (invasión a Afganistán) es su prioridad
principal.