Este recuerdo data de unos diez años antes de que el terremoto de
enero pasado, mucho más devastador que el que puso fin en 1842 al
delirante sueño de mármol y porcelana de Henri Christophe en Sans
Souci, se ensañara con las edificaciones y los habitantes de Puerto
Príncipe.
Varios escritores y artistas cubanos asistíamos entonces al
estreno de Puerto Príncipe mío / Port au Prince se pam, de
Rigoberto López. Había dolor y amor en cada fotograma. Es el mismo
Rigoberto que ahora, desde su posición al frente de la Oficina de la
Muestra Itinerante de Cine del Caribe, ha tenido la iniciativa de
organizar un ciclo de obras audiovisuales sobre Haití, inaugurado
anoche en la sala 3 del Multicine Infanta, que se extenderá hasta el
próximo jueves 17 de junio, cuando se proyecte precisamente su
documental, junto a Maestro Issa, de Frantz Voltaire, sobre
un músico que compartió con celebridades artísticas cubanas de la
mitad del siglo pasado.
Además de permitir a los espectadores habaneros un acercamiento a
la historia y la actualidad de la vecina nación —luego podrá ser
vista esta muestra especial, que incluye 17 títulos, en otros países
de América Latina, el Caribe, Europa y Estados Unidos—, la propuesta
encaja con el objetivo de la Muestra, definido así por Rigoberto:
"Es una gran paradoja que los espectadores y hasta la crítica
cinematográfica en nuestros países muchas veces están más informados
de los últimos estrenos de Hollywood, y de los estándares que ocupan
las pantallas mundiales, sea en el cine o la televisión, que de la
obra de sus propios cineastas o la de los cineastas de los países
con quienes comparten un mismo ámbito histórico y cultural".
En el programa de este viernes a las 5:00 y las 8:00 p.m., por
ejemplo, estará uno de los filmes de ficción de mayor calado en la
joven cinematografía haitiana, ¿Tiene Sida el Presidente?, de
Arnold Antolin (2006), historia de pasiones y venganza a partir del
triángulo entre una estrella apodada el Presidente del Compá (ritmo
musical autóctono), una muchacha y un potentado.
No deben perderse tampoco las proyecciones mañana sábado de
Haiti cherie, del italiano Claudio del Punta, un drama
sentimental acerca de una pareja de haitianos que emigran a
República Dominicana; y el domingo de la coproducción franco
haitiana de 1975 que llevó a la pantalla la novela de Jacques
Roumain, Gobernadores del rocío, a partir de una versión
escénica de la compañía Theatre Noir, fundada por Benjamín Jules
Rossete y Darling Legitimus en París, de la mano del realizador
Maurice Failevic.
Es bueno recordar cómo esa misma novela inspiró al cubano Tomás
Gutiérrez Alea su filme Cumbite (1964).