En pleno desarrollo de la lucha guerrillera, en la Sierra
Maestra, el 10 de octubre de 1958 se firma por el Comandante Fidel
Castro la Ley No.3 implantando la Reforma Agraria en todo el
territorio liberado por el Ejército Rebelde.
Esta Ley, en su capítulo I, art.1, disponía: "Se le concede la
propiedad de la tierra que cultivan a los arrendatarios,
subarrendatarios, aparceros, colonos, subcolonos, precaristas, y
poseedores, en los casos que ocupen parcelas de cinco o menos
caballerías de tierra particular o del Estado, a los cuales se les
expedirá el título de propiedad sobre las mismas, con los requisitos
establecidos en esta Ley".
Comienza de inmediato la implementación de esta Ley en los
territorios liberados de la Sierra Maestra y del Segundo Frente
Oriental "Frank País".
Meses más tarde, al producirse el derrocamiento de la dictadura
de Batista y ser esta sustituida por el Gobierno Revolucionario, se
firma por Fidel, el 17 de mayo de 1959, en la Sierra maestra, la Ley
de Reforma Agraria, cumpliéndose así una de las medidas
fundamentales del Programa del Moncada, y entregándosele a la
Revolución su principal arma para la reconquista de nuestras
tierras, la liquidación del latifundio y la definitiva liberación de
nuestro campesinado.
Previo a la firma y promulgación de la Ley de Reforma Agraria, se
crea el Instituto Nacional de la Reforma Agraria, el INRA, Organismo
Estatal dirigido por Fidel y encargado de aplicar, en todo el país,
los preceptos y disposiciones de la ley agraria, a fin de liquidar
el latifundio, entregar la tierra a los que la trabajan, organizar
la producción agropecuaria y forestal cooperativa y, en fin, liberar
al campesinado e incorporarlo al desarrollo de las fuerzas
productivas de nuestras extensas y feraces áreas agrícolas, dejando
bien claro el carácter agrario de nuestra Revolución.
Se delimitan en el país 26 Zonas de Desarrollo Agrario, ZDA, que
enmarcadas dentro de las antiguas seis provincias que comprendía el
territorio nacional, y subordinadas a las correspondientes
Direcciones Provinciales del INRA, constituirían los dispositivos
encargados de la implementación de las tareas de la Reforma Agraria
en sus respectivas regiones.
Una vez promulgada la Ley de Reforma Agraria, comienza un amplio
proceso de divulgación del contenido y beneficios de esta Ley,
desarrollado en todo el país por el Movimiento Revolucionario 26 de
Julio. Esta campaña incluyó la recogida de fondos y donación de
equipos e insumos para ayudar a los pequeños campesinos convertidos
en propietarios de las tierras que cultivaban en virtud de la ley
revolucionaria.
Esta amplia movilización de nuestro pueblo, y en particular de
nuestro campesinado, a favor de la ley recién aprobada, tuvo su más
exitosa expresión en la gigantesca concentración campesina llevada a
cabo en La Habana, el 26 de Julio del "Año de la Liberación", con la
participación aproximadamente de 700 000 campesinos provenientes de
los más apartados y lejanos lugares de nuestro país y que fueron
alojados y atendidos por las familias habaneras, en un hermoso
abrazo, nunca antes visto, entre la ciudad y el campo.
A partir de esta gran movilización nacional en apoyo a la Ley de
Reforma Agraria, y ya creado el INRA como institución estatal para
implementarla, Fidel efectúa durante el segundo semestre de 1959,
tres reuniones nacionales con sus "Comandantes de la Reforma
Agraria", como se dio en llamar a los Delegados Provinciales y
Jefes de Zonas de Desarrollo Agrario del INRA.
La finalidad de estas reuniones nacionales era ir orientando y
alertando a los funcionarios del INRA sobre el complejo y delicado
trabajo que implicaba el rescate de las tierras usurpadas y su
entrega a los campesinos, así como la organización, en los vastos
latifundios intervenidos, de formas cooperativas de utilización y
explotación estatal de las mismas. Además, aprovechó Fidel estos
encuentros para definir conceptos y esclarecer dudas que surgían a
los Delegados y Jefes de Zonas durante el inicio del desempeño de
sus complejas tareas.
La Primera Reunión Nacional del INRA se efectuó en La Habana, el
día 4 de agosto de 1959. En ella, explicó Fidel importantes aspectos
conceptuales de la instrumentación de esta decisiva ley de la
Revolución; de su fundamentación y alcance; de las razones
políticas, económicas y militares que hacían necesaria su urgente
aplicación. A lo largo de sus intervenciones e intercambios con los
funcionarios, el Comandante en Jefe fue definiendo conceptos y
entregando argumentos para el trabajo de los Jefes de Zonas de
Desarrollo Agrícola, tales como:
·Si nos cuestionan ¿Cuáles son los límites de las tierras del
Estado?, les responderemos: se extienden desde la Punta de Maisí, al
Cabo de San Antonio, y abarcan las tierras comprendidas entre la
costa norte y la costa sur de nuestra Isla.
·Si los latifundistas adujeran su condición de propietarios
históricos de sus tierras, pregúntenles Uds. si acaso son ellos
siboneyes, o descendientes directos de nuestros aborígenes.
·Caracterizando a los funcionarios responsabilizados con la
liquidación del latifundio, sentenció: "Los jefes de las zonas de
desarrollo agrícola representan la máxima autoridad en el
territorio. La autoridad casi ilimitada que tienen, deben saber
ejercerla, y ejercerla bien".
·"El INRA es la Revolución hecha Organismo, como la Ley de
Reforma Agraria es la Revolución hecha Ley", afirmó Fidel en
aquella histórica reunión.
La segunda Reunión Nacional del INRA se efectuó el día 7 de
octubre, y en ella abordó Fidel aspectos operativos de la aplicación
de la ley y debatió con los jefes provinciales y de zonas de
desarrollo agrícola las experiencias y dificultades que los mismos
habían confrontado ya en el desarrollo de la tarea. Definió, sobre
la marcha, algunas posibles adecuaciones de la ley que surgían de
las experiencias de los que la estaban aplicando. Estableció:
·"La Ley de Reforma Agraria la hemos hecho con un espíritu
revolucionario, pero la hemos aplicado con un criterio todavía más
revolucionario. Tenemos que ir, rápidamente, a librar del pago de la
renta a los arrendatarios, y entregarles el título de propiedad de
la tierra."
·"A la hora de definir cuántas caballerías le dejan a un
latifundista, puede que tengan el criterio de dejarle 100, como
marca la ley si están bien cultivadas, pero mejor dejarle 50. Tengan
la más completa seguridad que este latifundista será nuestro enemigo
tanto si le dejamos 100, como si le dejamos 50 caballerías". En el
análisis de este tema, el Jefe del INRA en Camagüey plantea "que
opina que se le deben dejar solo 30 caballerías, porque esta gente
está conspirando y va a conspirar aún más contra la Revolución". A
este planteamiento, Fidel responde: "Déjalos que conspiren, que les
vamos a hacer una nueva ley confiscándoles todos los bienes a los
conspiradores. Si les dejas solo 30 caballerías se van a sentir con
más derecho a conspirar".(*)
·Desarrollando su pensamiento de que la Ley de Reforma Agraria
constituía también una necesidad para la defensa del país, Fidel
expresa: "Tenemos también el problema de la defensa de la
Revolución. Esta cuestión es tan importante, que sin ella todos los
planes agrícolas están en el suelo. La preparación militar de los
campesinos constituye una tarea principal del INRA. Se debe
coordinar la defensa militar de la República con el INRA".
·Fidel expresa que si algún Jefe de Zona es acusado por los
latifundistas de "estar fuera de la Ley", sepan Uds. que desde que
tiramos un tiro contra el régimen establecido, nos pusimos "fuera de
la Ley".
En la Tercera Reunión Nacional del INRA, que tuvo lugar el 7 de
diciembre de 1959 y coincidió con el final de aquel combativo,
laborioso y definitorio segundo semestre del Año de la Liberación,
nuestro Comandante en Jefe, en su condición de Presidente del INRA,
hizo un resumen del trabajo realizado en aquel periodo, señalando
los aspectos críticos, negativos y aciertos que se habían obtenido,
así como las tareas pendientes a resolver en el futuro. La Reunión
tuvo un inicio sorpresivo, pues al entrar a la sala, encontramos en
la presidencia, no solo a Fidel y Directores Nacionales del
INRA como era habitual, sino que acompañándolos presidían también la
reunión, el Presidente Dorticós y los miembros del Consejo de
Ministros del Gobierno Revolucionario.
Fidel abrió la reunión diciéndonos, en tono grave: "He invitado a
esta tercera Reunión Nacional del INRA al Presidente de la República
y al Consejo de Ministros para que ustedes sepan que existe un
Gobierno en este país, pues ustedes se han vuelto unos ‘zarecitos’
(**) en sus zonas de desarrollo, tomando decisiones en cuestiones
que no son de sus esferas de trabajo y, en otras ocasiones, actuando
de forma no coordinada ni autorizada por los Ministros que tienen
que ver con las mismas. Los veintiséis Jefes de Zonas de Desarrollo
Agrario han cumplido su misión de eliminar el latifundismo, pero
algunos se han excedido en sus funciones y prerrogativas. Conocemos
que siempre lo han hecho con el ánimo de adelantar el trabajo en la
zona; que se han visto presionados por la urgencia que tienen las
tareas que se les han asignado, o por otras circunstancias que
enlentecen o se oponen al cumplimiento de las tareas que
desarrollan, pero es imprescindible consultar y coordinar las
acciones con los Ministros correspondientes".
"El no hacerlo así, pudo dar lugar a choques innecesarios entre
funciones y tareas emprendidas por diferentes dispositivos del
Gobierno y el INRA en las Zonas de Desarrollo Agrario. No han
faltado ocasiones en que algunas de estas erróneas decisiones, no
consultadas, han sido denunciadas por la reacción, que las pone en
vidrio de aumento y las generaliza ante la opinión pública, en su
lucha a muerte contra la Revolución."
Como tema Central de la Tercera Reunión Nacional del INRA, Fidel
plantea la necesidad de aumentar la producción de alimentos, ya que
con los beneficios de la Revolución, se ha desatado un colosal
aumento del nivel de vida del pueblo.
"A los seis meses de Reforma Agraria las grandes compañías
norteamericanas pondrán el grito en el cielo y la campaña
contrarrevolucionaria va a llegar a su clímax. La Revolución cubana
es un acontecimiento mundial y la publicidad que se hace contra
nosotros es mundial, y nosotros no la podemos contrarrestar; solo
los años, el tiempo, podrá contrarrestar sus mentiras. Cuando los
pueblos se hayan sublevado en los demás países y hagan también una
Revolución como esta, es que se podrá contrarrestar cabalmente esa
campaña contra Cuba.
"Los imperialistas piensan invadir a Cuba, pero para invadirla
tienen que matar a cuatro millones de cubanos."
Con estas emotivas, valientes y patrióticas palabras concluyó
Fidel la Tercera Reunión Nacional del INRA, analizando críticamente
el trabajo realizado y los avances en la implantación de la Reforma
Agraria al finalizar el "Año de la Liberación".