Para producir 100 000 guayaberas
Yenia Matos Henríquez
Nuestro país ha comenzado un modesto proceso de modernización en
el sector de la Industria Ligera. Un ejemplo de ello lo constituye
la fábrica José Manuel Lazo de la Vega, en la cual se crea
actualmente la capacidad necesaria para producir en un turno de
trabajo 100 000 guayaberas por año.
Las nuevas máquinas
posibilitan un mayor grado de productividad y el mejoramiento de la
calidad de las guayaberas.
Su confección y distribución tienen como fin convertirla en
prenda de vestir respetada internacionalmente, y potenciar su uso a
nivel nacional.
Situada en el municipio de la Habana Vieja, la fábrica Lazo de la
Vega pertenece a la Empresa de Confecciones Gala y posee hoy
modernos equipos para cumplir con tal función. Un recorrido por sus
instalaciones permitió observar de cerca la remodelación general del
centro y acercarnos a su proceso productivo.
Milagros Darias Fariñas, directora general de la Empresa de
Confecciones Gala, comenta que el proceso de modernización comenzó a
finales del 2007 y la inauguración tuvo lugar el 17 de enero del
2008.
La entidad adquirió nuevos equipamientos para la fabricación de
la guayabera, que permiten alcanzar un mayor grado de productividad,
pues anteriormente el cuello de la camisa, el puño y las alforzas se
confeccionaban a mano.
"Las nuevas máquinas también posibilitaron la personalización de
las guayaberas mediante el bordado del logo de la marca —Criolla— y
el mejoramiento de su calidad".
La directora general de la empresa explicó a Granma que,
como parte de la inversión para la nueva tecnología de la fábrica,
se decidió variar los colores y potenciar su uso mediante 20 nuevos
diseños con aires más contemporáneos y destinados a hombres, mujeres
y niños. "Tal proceso se resume en tomar las líneas básicas de la
guayabera —alforzas, trabajo de los bolsillos y capas— y llevarlas
al momento actual".
Así surgieron nuevas piezas que, en diversos colores, constituyen
la nueva generación de guayaberas cubanas, cuya marca principal es
Criolla.
"Estas tienen puntos de venta en el Palacio de Artesanía de la
capital y en Plaza América, Varadero, principalmente. En este último
lugar se ofertan únicamente los más novedosos diseños de este
producto cubano, que consisten en vestidos, camisas, blusas y otras
prendas.
Por otra parte, marcas como Cohiba y Vega Robaina son una forma
más de promoción de la cultura cubana y ayudan en la recaudación de
divisas.
"Aquí las prendas han tenido gran aceptación. Mientras, las
confeccionadas bajo la marca Cohiba y Vega Robaina se venden en
países del viejo continente y Asia, como Italia y la India."
MATERIA
PRIMA Y CAPACIDAD
La directora de la fábrica, Melka León, expuso que los materiales
que se utilizan actualmente en la elaboración de las guayaberas son
traídos desde Italia.
Las costureras de
la fábrica José Manuel Lazo de la Vega no desperdician la jornada
productiva.
"En estos momentos el centro cuenta con 18 000 unidades
—entiéndase tejido, hilo, botones, etiquetas, percheros, todo
personalizado— que deben durar hasta el mes de junio o julio. Este
paquete tiene un costo anual aproximado de 983 000 dólares, mientras
que la unidad sale en 14. 40 dólares.
"Las primeras guayaberas comenzaron a confeccionarse con
poliéster y algodón, más adelante probamos las distintas mezclas de
lino con otras telas y resultó que los tejidos son más frescos y los
que más demanda tienen. Hoy se trabaja el 60% en lino y el resto en
poliéster y algodón.
Al principio teníamos dos colores base y después pasamos al
blanco, que es el más vendido, seguido del rojo, negro, azul y
beige. Aunque casi siempre son colores pasteles".
La directora de la fábrica también se refirió al plan anual de
producción, y aseguró que este año la intención del colectivo es
llegar a 70 000 unidades, de las 100 000 previstas cuando concluya
la remodelación de la instalación, que tiene posibilidades de
aumentar la producción, de establecerse doble o triple turno
laboral.
QUIENES
HACEN QUE TODO SEA POSIBLE
El taller de costura de la Lazo de la Vega cuenta actualmente con
64 costureras, 34 más de las que había anteriormente.
"El aumento del personal se debe a la incorporación de los nuevos
equipos de producción y del perfeccionamiento empresarial."
Melka León destacó que las nuevas trabajadoras deben pasar
primero por un área de capacitación, donde se entrenan en las
labores más difíciles de la confección de guayaberas y,
posteriormente, se incorporan a la producción general.
Algunas llevan dos décadas en la fábrica, como Martha Durán y
Berta Vázquez, quienes comenzaron en el año 1979 y 1981,
respectivamente. Ellas aseguran que su trabajo no solo consiste en
confeccionar una guayabera, sino en hacerlo con la mejor calidad
posible.
"Debemos y queremos trabajar con amor, con sentido de cubanía."
Una prenda de vestir que tiene historia
La historia de la guayabera se remonta al siglo
XVIII, exactamente al año 1709, cuando llegó de Andalucía un
matrimonio conformado por José Pérez Rodríguez y Encarnación Núñez
García, quienes se establecieron en la región del Yayabo, Sancti
Spíritus. Cuentan que el matrimonio recibió de España un corte de
tela de lino o hilo y José le encomendó a su esposa la confección de
camisas sueltas, con mangas largas y con bolsillos grandes para
guardar tabacos y otros efectos personales.
De esta forma alcanzó la popularidad esta prenda
de vestir, no solo en el sitio donde vio la luz, sino en todo el
archipiélago, convirtiéndose en símbolo de cubanía, como el tabaco y
el ron. |