El mejor pienso está en el campo

Juan Varela Pérez
juan.pvp@granma.cip.cu

Todavía Eduardo Hernández Ortega no comprende por qué de "golpe y porrazo" se redujeron, hasta casi eliminarse, seguras y económicas tradiciones campesinas en la alimentación animal por otras foráneas y costosas.

Foto: Otmaro RodríguezLa caña, el king grass y otras plantas forrajeras se procesan frescas para garantizar la base alimentaria fundamental del ganado lechero y en ceba.

Ahora que las vacas en ordeño y los toros en ceba reciben como dieta básica fundamental king grass, caña, millo y pastos— a los cuales se les agrega un suplemento proteico mínimo al procesarse—, refresca opiniones de sus antepasados: "jamás el pienso industrial podrá sustituir totalmente el que se fomenta en el campo. Sería un grave error".

La Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Frank País, del municipio de San José de las Lajas, fue de las primeras en sumarse a la idea de suplir la costosa leche en polvo comprada en el mercado internacional. Este movimiento liderado por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), que comenzó la venta de forma experimental en cinco bodegas, abarca hoy establecimientos de 89 municipios.

Diariamente la CCS Frank País suministra 271 litros para niños y dietas médicas vinculados a dos bodegas de la comunidad. Los dirigentes del país la mencionan como ejemplo de cuánto más puede hacerse en la sustitución de importaciones. La tarea debe continuar para seguir incorporando todas las bodegas con posibilidades de cubrir la demanda de leche y garantizar su sostenibilidad.

Por difíciles que hayan sido las condiciones climáticas, asegura Eduardo, nuestro abastecimiento a las bodegas nunca ha tenido baches. Es algo sagrado para este colectivo que, además, le entrega al Estado puntualmente un promedio de 200 litros diarios.

La evaluación de los últimos años refleja el sostenido incremento de las ventas de leche al sector estatal de parte del cooperativo y campesino. En el 2000, por ejemplo, fueron 104 millones de litros, y 290 millones en el 2009 cifra que representó el 64% del total de lo vendido ese año por todos los sectores.

Pero esto, como apuntó el Presidente de la CCS de San José, obedece a la venta directa en las bodegas, al establecimiento de una capacidad de compra, una mayor organización y mejora en el rebaño, el cuidado y el manejo de este y el incremento de la tracción animal. Unida a la alimentación permanente y a tiempo, la atención fitosanitaria es básica para preservar la salud del animal.

La cooperativa Frank País tampoco es ajena a la venta de carne vacuna. Para asegurar la alimentación sin dependencia externa, tiene sembradas cerca de 10 hectáreas de caña y king grass, las cuales deben aumentar, porque hay un compromiso de no entregar ninguno de los más de 130 toros en ceba ni al Ministerio de la Agricultura, ni a las Unidades Agropecuarias Militares (UAM), con menos de 460 kilogramos de peso promedio.

Es evidente, afirman los técnicos, que la introducción de la ceba influye en el incremento del peso de los animales destinados al sacrificio. Precisamente 13 productores de La Habana fueron los iniciadores en el 2006 de la ceba estabulada y semiestabulada a partir de utilizar el forraje molido como alimento principal.

Tal iniciativa constituyó una decisión importante para extenderla al resto de los tenedores de ganado vacuno. En los cuatro años de aplicarse la iniciativa en la UAM se han demostrado altos niveles de eficiencia, con la venta en el 2009 de 5 581 animales con peso promedio al sacrificio, de casi 435 kilogramos, superior a los 350 kilogramos que alcanzan los toros de igual categoría no cebados por este sistema.

En la actualidad 250 cooperativas venden el ganado vacuno directamente a las empresas de la Unión de la Carne, lo que constituye, al eliminarse el intermediario, una experiencia calificada de positiva. No obstante las dificultades localizadas en algunas provincias, el propósito es llegar cuanto antes a las 1 500 favorecidas por este sistema.

Al igual que la mayoría de los renglones agrícolas, los productores de carne y de leche reciben ahora del Estado un estímulo económico: el incremento sustancial de los precios.

 

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