Las labores de búsqueda en la mina Raspadskaya, en la región rusa
de Kemerovo, se postergaron por una semana ante el riesgo de
explosiones e incendios en esa instalación hullera, informó la
defensa civil, reporta Prensa Latina.
La víspera se registró un nuevo siniestro en una de las grietas
de la mayor mina de Rusia, con una superficie subterránea de unos
320 kilómetros, y en la cual en la madrugada del pasado domingo
ocurrieron dos explosiones, con saldo de 66 muertos y 107 heridos.
El trabajo de los socorristas ahora será más bien hallar los
cuerpos sin vida de las 24 personas que se dan por desaparecidas,
indicó la televisión capitalina.
Al menos dos de los túneles debieron ser inundados para apagar el
fuego y reducir la concentración de metano en la mina, que inició su
funcionamiento en 1973 y producía al año unos ocho millones de
toneladas de carbón.
Para retomar el rastreo de las personas aún en las profundidades
de la mina será necesario extraer primero el referido gas para
evitar nuevas detonaciones y poner en funcionamiento pleno los
sistemas de ventilación.
La segunda explosión del pasado domingo destruyó casi toda la
instalación externa de Raspadskaya, donde más de 300 trabajadores se
encontraban en el momento del primer estallido.
El gobierno ruso ordenó investigar las condiciones de trabajo y
de seguridad de todas las minas del país con el objetivo de cerrar
aquellas donde se detecten violaciones de las normas.
Las autoridades de Kemerovo reiteraron el compromiso del pago de
las compensaciones a los familiares de los fallecidos y a los
afectados por el desastre.