Aunque el jefe del Gobierno rumano, Emil Boc, dijo que se había
optado por el mal menor, el duro programa de austeridad para "evitar
el colapso presupuestario" estipula disminuir el fondo de salarios
en un 25% y las pensiones de vejez en un 15%; reducir los subsidios
de paro y cortar las subvenciones para los gastos de mantenimiento
que se concedían a la población desfavorecida. Todo esto también
porque el impacto de la crisis económica en Rumania ha sido más
severo que lo anticipado, según ha reconocido el jefe de la misión
del FMI en Bucarest, Jeffrey Franks.
Las "recetas malditas" del FMI y la Unión Europea (UE),
constituyen la "única opción" para recibir nueva ayuda, luego que la
economía rumana colapsara en el 2009, por lo que necesitó un rescate
financiero de 20 000 millones de euros, condicionado a recortes
presupuestarios y reformas estructurales.
Otros argumentos para justificar "la ayuda" se refieren a que si
Rumania no toma medidas de reajuste de los gastos públicos, en el
año 2012, la deuda pública —que hoy es del 30%— será de casi un 62%
del PIB.
Los sindicatos han anunciado protestas de gran amplitud en
respuesta al plan de austeridad de las autoridades. Los líderes
sindicales no ocultan el temor a que las reducciones de salarios y
pensiones empobrezcan a una gran parte de la población, y a que el
alza de los impuestos llegue a ser inevitable.
Un buen consejo para los que acuden al FMI "pidiendo agua por
señas" es el prestar atención a lo dicho el lunes por la presidenta
argentina, Cristina Fernández de Kirchner: "es claro que vuelven a
repetirse recetas donde se intenta un rescate del sector financiero.
Estas políticas desafortunadamente están condenadas al fracaso y por
eso no las aplicamos en nuestro país. Se intentan aplicar las mismas
recetas que nos aplicaron a nosotros y que provocaron la eclosión
del 2001", sostuvo la mandataria en relación con las asignaciones
financieras del FMI y la UE, condicionadas a reajustes económicos,
que en primer lugar afectan a las capas más pobres de la población.