¿Hasta cuándo tanta soberbia y miedo a nuestro sistema?

Manuel Gutiérrez

La Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada y aclamada el 10 de diciembre de 1948, en su artículo 3 dice: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".

Ante esta aseveración pregunto, y quisiera obtener alguna respuesta de los acusadores de nuestro sistema que estén en cualquier lugar del mundo, sobre todo de EE.UU. y Europa, que se pasan el tiempo mirando la paja en los ojos de los que no les convienen y son incapaces de ver las enormes vigas que tienen en los suyos: ¿Algún ser humano puede disfrutar de otro derecho humano, si no tiene la vida?

Para nadie que tenga dos dedos de frente y haya tenido el más mínimo interés en saber quién es quién, entre Cuba-Estados Unidos y sus lacayos, se hubiera dado cuenta hace muchos años que la tarea de ellos ha sido tratar de matar por hambre y enfermedad al pueblo cubano, a partir de leyes, enmiendas, etc., que han adoptado en todos estos 50 años de Revolución y cuando menos, tratar de revertir el orden en nuestro país.

Su cuento, que es contra el comunismo, el socialismo o los Castro como dicen, se lo tienen que hacer a otros y no a nosotros, que hemos sido testigos de que, quien más ha sufrido con todo esto es el artífice principal de haber llegado hasta hoy: la Revolución cubana, el pueblo.

Y es por nuestro pueblo y para nuestro pueblo que trabajamos a pesar de todas las medidas, desesperadas en ocasiones, de los enemigos, para salirse con la suya. En primer lugar, trabajamos por la vida; muy pocos gobiernos en el mundo han hecho tanto con tan poco, no solo para salvar la vida de sus ciudadanos, sino también para preservarla, que se sientan seguros y además compartir lo poco que tenemos con nuestros hermanos más desposeídos en cualquier rincón del mundo.

Hoy vamos a poner un solo ejemplo para ilustrarlo: la mortalidad infantil y las vidas salvadas por la reducción de este índice en menos de 40 años.

El gobierno norteamericano, al triunfo de la Revolución, se llevó más de la mitad de los más de 6 000 médicos con que contaba Cuba y no fue solo hasta el año 1972 que volvimos a recuperar una cifra similar a la que había en 1959.

Es tan elocuente y evidente lo que trataron de hacer que, a pesar de todas las medidas instituidas por la Revolución y el Ministerio de Salud Pública, al no contar con un adecuado número de médicos por habitantes, lo más que se pudo hacer fue estabilizar la mortalidad infantil en esos primeros 15 años entre 36 y 45 por 1 000 nacidos vivos, de forma mantenida.

Por tanto, seleccionando el año 1972, como primero, después del triunfo de la Revolución en que comenzamos a reducir, de forma significativa, la mortalidad infantil hasta la fecha (datos que están bien documentados), tenemos que hoy, en nuestro país, con edades comprendidas entre 1 y 38 años, hay más de 131 000 cubanos que no tuvieran vida, no existirían, pues hubieran muerto si no hubiera habido una Revolución con todos y para el bien de todos.

¿Cuánto más pudimos haber hecho, además de todo lo realizado por nosotros mismos, si no hubiese existido el bloqueo económico y financiero tan despiadado a lo largo de estos años?

A pesar de los impactos negativos que han tenido sobre la medicina y los suministros médicos estas medidas, leyes, etc., contra nuestro país, los resultados de Cuba en la salud son comparables con los de casi todos esos países que han obrado en contra de esta delicada actividad: la de evitar que mueran inocentes.

Cosas como estas, parafraseando una frase de Fidel, es lo que no nos perdonan, que estemos ahí, en sus propias narices y que hayamos hecho una Revolución Socialista, con el mayor apoyo popular que pueda tener cualquier país del mundo, evidenciado recientemente en las elecciones celebradas en abril y el desfile del Primero de Mayo, de los cuales ellos fueron testigos.

¿Hasta cuándo tanta soberbia y miedo a nuestro sistema? El compañero Fidel en fecha tan temprana como el Primero de Mayo de 1959 señaló: "Para arrebatarnos la patria hay que arrebatarnos la vida" y hoy podemos decir: Comandante, gracias a la voluntad de la dirección de nuestro Gobierno socialista por el mejoramiento del índice de mortalidad infantil, tenemos 131 000 cubanos más con vida para hacer más real aquella idea suya.

Demuestren una pizca de humildad al menos con estos resultados de salvaguardar la vida de nuestros ciudadanos y reconózcanlo.

 

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