Según informaciones divulgadas en Madrid, la nueva provocación
anticubana será organizada por el también ex líder del
ultraderechista Partido Popular (PP) y por la conservadora Fundación
para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que él preside, en
ocasión de la Cumbre Unión Europea-América Latina, que se celebrará
en la capital española en la próxima semana.
Por enésima vez Aznar y un grupo de conocidos pero muy
desgastados contrarrevolucionarios de su misma estirpe pretenden
agredir a la mayor de las Antillas, como parte de su enfermiza y
frustrada pesadilla de destruir a la Revolución cubana.
El ex jefe del gobierno español evidentemente continúa buscando a
costa de su odio visceral hacia Cuba el protagonismo que nunca logró
como político durante sus dos mandatos (1996-2004), durante los
cuales únicamente resaltó por su implicación directa en la guerra y
ocupación sangrienta impuesta por Estados Unidos y sus aliados a
Iraq.
Entonces, incluso varios de los autotitulados "opositores" en
Cuba y connotados contrarrevolucionarios asentados en Madrid no
querían que los mezclaran con Aznar, a quien el pueblo español
condenó unánimemente y derrotó posteriormente en las urnas por su
activa participación en la agresión a Iraq, y su sometimiento sin
escrúpulos al régimen norteamericano del ex presidente George W.
Bush.
Pero como es más que sabido, a los anexionistas y mercenarios el
diablo los cría y las monedas los unen, y cuando se trata de atacar
a Cuba sus bolsillos se excitan aún más, tomando en cuenta que
detrás hay mucho dinero procedente de Estados Unidos y de algunos de
sus aliados.
El nuevo plan de Aznar y sus clones forma, además, parte de la
más reciente campaña anticubana desatada en España y varios países
del Viejo Continente, cuyo propósito es evitar a toda costa que la
Unión Europea (UE) elimine la denominada Posición Común, que impone
a la nación caribeña desde 1996 y que adoptó por instrucción de
Washington y las gestiones sumisas de Aznar.
Durante la actual presidencia semestral española de la UE, las
autoridades de ese país han insistido en la necesidad de variar esa
Posición Común, actitud que ha sido objeto de continuos ataques de
la derecha representada por el opositor PP, que sigue utilizando a
Cuba como arma de política doméstica.
Aznar lo hizo siempre y también siempre fracasó, aunque su
soberbia anticubana jamás tendrá remedio.