Actualizado 1:45 p.m., hora local

Dirigente oficialista peruano mantiene rebeldía

La persistencia de la rebeldía del dirigente Omar Quesada, quien se niega a pedir licencia en el gobernante Partido Aprista Peruano, por un escándalo de corrupción, mantiene en crisis a la vieja organización, reporta Prensa Latina.

Quesada, secretario general institucional del aprismo, ratificó anoche su desafío al pedido del presidente Alan García de que deje el cargo, demanda aceptada con resistencias por el secretario general político, Jorge del Castillo, también afectado por similares problemas.

El dirigente desairó exhortaciones del primer ministro, Javier Velásquez, y otros parlamentarios y dirigentes apristas, para que siga el camino de Del Castillo, quien será investigado por el Ministerio Público y eventualmente por el Congreso de la República.

Cuando su partido y la prensa esperaban su pedido de licencia, Quesada sostuvo anoche una reunión con un grupo de apristas, tras la cual descartó la posibilidad de pedir licencia o renunciar y, según una versión periodística, tendría el sorpresivo apoyo del presidente García.

Quesada renunció el mes pasado a la presidencia del organismo de formalización de la propiedad (Cofopri), tras revelar la prensa que entregó a un elemento ligado al aprismo un terreno valorizado en 12 millones de dólares a cambio de menos de cinco mil dólares.

En este país vivimos un Estado de derecho, quien tiene que demostrar la culpabilidad es quien acusa, y a mí nadie me acusa, ni siquiera los implicados o denunciados por la Procuraduría, afirmó desafiante.

El dirigente es señalado por quienes consideran imposible que no se hubiera enterado de una operación de tal magnitud y otras de tráfico de tierras en diversos puntos del país, aunque él alega que no podía estar al tanto.

El primer ministro Velásquez había dado ayer por descontado que Quesada pediría licencia, porque para los apristas el interés del partido está por encima de cualquier aspiración personal. Según diversos analistas el control de daños por la crisis de corrupción consiste en licenciar a Del Castillo y Quesada para que sean investigados con celeridad por el Ministerio Público y los tribunales ambas instancias bajo fuerte influencia gubernamental, según diversas denuncias.

De esa manera, los escándalos causarían el menor daño posible al gobierno y al aprismo y hasta podrían salir librados de condena los dos dirigentes, anotó una fuente aprista en el anonimato.

Del Castillo admitió haber hecho gestiones a favor de un empresario petrolero con quien hizo un ventajoso negocio inmobiliario, en 2008 renunció al cargo de primer ministro por tener contactos con una red oficialista de corrupción y registra operaciones financieras bajo sospecha.

 

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