Muchos
piensan que el piano acústico es más atractivo que los
sintetizadores porque siempre suena en cualquier escenario. Y Jesús
(Chucho) Valdés es un maestro en ambos instrumentos, además de
apoyarse en su trascendente obra autoral. Sus largos dedos corren de
un extremo a otro del teclado como si estuviera jugando. Ora, suave
y de repente golpean las teclas graves, como si fueran tambores batá,
con acordes y efectos de increíble potencia, como sucedió en el
Concierto por el Año Chopín y el aniversario 40 de su Misa
Negra, cuya génesis él se encargó de explicar.
No obstante su relevante trayectoria posterior, Chucho (Quivicán,
La Habana, 1941) sigue siendo el mismo músico que deslumbró al
público y figuras asistentes al Festival Jazz Jamboree 1970 en
Polonia (desde el pianista Dave Brubeck al saxofonista Jerry
Mulligan), sobre todo cuando tocó Misa Negra, con la cual
cerró el programa al más alto nivel en el Teatro Auditórium Amadeo
Roldán. Desde el inicio del programa él reafirmó su admiración por
Federico Chopín (1810-1849).
Valdés subrayó, además, que no quería hacer un concierto con su
obra (aunque tocó su Vals en La mayor), y que si no se
conociera a su autor, parecería que es de esta época, por sus
armonizaciones que se ajustan al jazz. Introducirla en nuestras
improvisaciones y verlo como lo que es, un adelantado, es nuestro
objetivo, agregó.
Desde el inicio, con Changó y Danzón, Chucho mostró
lo que pretendía ofrecer, sin dejar de mencionar la interpretación
de Zawinol’s mambo y a Chucho¢
s steps (incluido en su último CD), el cual le permitió hacer un
chiste con su autor: John Coltrane, pues le cambió el nombre a su
obra y le puso Los pasos de Chucho.
Chucho contó con la excelente compañía de su nuevo grupo Los
Mensajeros Afrocubanos: Mayra Caridad Valdés (derrochando nivel en
Ayer y Obatalá), Dreiser Durruthy (voz y batá), Juan
Carlos Rojas (batería), Lázaro Rivero (bajo), Yaroldy Abreu
(percusión), Reinaldo Melián (trompeta) y Carlos Miyares (saxo
tenor). También en la Misa negra, tuvo como invitados a Sexto
Sentido, Carlos Álvarez (trombóni) y a "Bocasa" (trompeta).
Fue, resumiendo, una noche en la que el Maestro volvió a unir
nuestra rica tradición con una nueva síntesis musical a lo que nos
tiene acostumbrado. Resaltante en una ocasión especial como ésta.