La agricultura de La Habana, objeto de duras críticas en pasados
años por no aprovechar las bondades que proporcionan el riego
eléctrico y los residuos del fertilizante utilizados en la papa,
mantiene en este 2010 buen ritmo de siembra en fincas donde hace
unos días se cosechó el tubérculo.
Por los cuidados y la sistemática atención que la papa recibe,
esas áreas mantienen buen grado de limpieza, lo cual aligera y
economiza la preparación de los suelos para el fomento de nuevas
plantaciones.
Hasta el pasado día 22 de abril, entidades del Ministerio de la
Agricultura habían sembrado, tras recolectarse la papa, 1 681
hectáreas y 1 215 estaban en proceso. Otras 671 tendrán la misión de
producir maíz para sustituir importaciones.
Por fortuna esta no es ninguna experiencia nueva; se trata de una
"veterana" ineficiencia extendida más de lo debido. Fueron largos e
injustificados baches que a todos perjudicaron. Ojalá que todas las
empresas hayan tomado conciencia real de lo que esto representa.
Al momento de esta evaluación las empresas agropecuarias del
territorio, pertenecientes al Ministerio de la Agricultura, habían
recogido la papa en más del 80% del área total a cosechar: 4 057
hectáreas.
Si esta organización no se viola en los días que restan de saque
La Habana, mayor productora agrícola del país, habrá cubierto otro
eslabón importante en lograr la permanente explotación de tierras
habilitadas para dejar una verdadera riqueza alimentaria.
Esto mejora la economía empresarial, impide tener tierras
"muertas" buena parte del año y pone en manos de los que
acondicionarán los suelos para la siguiente campaña de papa, áreas
con menos hierbas, lo cual ahorra tiempo, combustible, equipos y
herbicidas.
El ingeniero José Manuel Martínez, subdelegado de la Agricultura
en La Habana, informó a Granma que el grueso de las
variedades —todas propias de la estación veraniega— que ocupan esa
superficie, corresponde al llamado ciclo corto. Puntualizó que en
tierras paperas de rotación siembran malanga y yuca, de ciclo largo.
El boniato y la calabaza, dadas sus características, ocupan lugar
de preferencia en este empeño por suministrarles a los habaneros, en
los próximos meses, esos y otros productos mediante la siembra
escalonada.
Corresponde en lo adelante a los trabajadores y técnicos de los
diferentes colectivos aplicar las medidas que aseguren el
rendimiento de esos cultivos. Son, en parte, los que complementan la
distribución en la etapa de verano y su presencia en las tarimas
evitará la ausencia de viandas y hortalizas muy demandadas.
Explicó que entre las diez empresas paperas de la provincia
sobresalen en este compromiso las de Artemisa, San Antonio y San
José.
Aunque el programa supera lo realizado en igual etapa del 2009,
apuntó, el gran reto y compromiso radica en tener "cerrados" para el
10 de mayo todos los surcos en los campos liberados de papa.