El gobierno chileno mantendrá militares en las zonas afectadas
por el terremoto de febrero para que colaboren en tareas
humanitarias, a pesar de poner fin al estado de excepción que limita
algunas libertades públicas, reporta Prensa Latina.
La edición digital del diario La Nación destaca que la decisión
del presidente Sebastián Piñera de no renovar el estado de
catástrofe decretado a comienzos de marzo en las zonas más afectadas
por el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero último.
En tanto, ratificó que las regiones de Valparaíso, Metropolitana,
de O Higgins, del Maule, el Biobío y La Araucanía, siguen declaradas
como zonas afectadas con el fin de facilitar la implementación de
los planes de ayuda.
En ellas se mantendrá la presencia del contingente de las Fuerzas
Armadas para que siga colaborando en labores humanitarias de apoyo y
ayuda a la población afectada.
Además, recalcó Piñera, para que faciliten la reconstrucción de
lo destruido por el terremoto y el maremoto, tarea que durará años.
Según se reportó ayer, el sismo de 8,8 grados en la escala de
Richter y el tsunami que le siguió dejaron 432 muertos y 98
desaparecidos, 800 mil damnificados y pérdidas materiales cuya
recuperación demandará 30 mil millones de dólares, el equivalente al
17 por ciento del Producto Interno Bruto.
Por otro lado, más de 200 mil viviendas quedaron destruidas o
gravemente dañadas, dos mil 750 escuelas inhabilitadas y 35
hospitales inutilizables.
A ello se suma la pérdida de unos 20 mil empleos en las zonas más
afectadas por el movimiento telúrico.
De acuerdo con la Central Unitaria de Trabajadores, tardarán
entre tres o cuatro años en recuperarse.