Por
calendario ha transcurrido más de la mitad del proceso de nominación
de candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder
Popular y puede señalarse que marcha bien.
Un recorrido, sobre todo nocturno, por cualquier localidad del
país, permite comprobar lo anterior. Es extraño no coincidir en el
trayecto con alguna de las asambleas en la que los vecinos se
congregan con el objetivo de proponer a compañeras y compañeros que
reúnen los requisitos para, dentro de unas semanas, llegar a ser
representantes del pueblo ante los órganos superiores locales de
poder.
Es una escena común en el panorama comunitario cubano sobre todo
por estos días, en que tiene lugar el mayor porcentaje de las 50 907
programadas; después, entre el 18 y el 24 del presente mes, última
semana de esta etapa clave, se completará el programa y se
aprovechará para recuperar las que, por unas u otras razones, hayan
tenido que suspenderse en la fecha prevista (el clima, no hay que
olvidar, ha hecho de las suyas, principalmente las lluvias).
Contrario a las sempiternas campañas mediáticas contra Cuba, en
las que siempre ocupa un lugar prominente repetir hasta el
agotamiento que en nuestro país "no hay democracia porque no hay
elecciones" —a veces agregándole el calificativo de "libres"—, esta
es la décimocuarta ocasión en la que, en sentido general, todos los
ciudadanos cubanos mayores de 16 años con capacidad legal para
ejercer el sufragio, convertidos en electores de oficio, es decir,
sin previa inscripción en un registro, hemos sido convocados a
elecciones. Estas son tan libres que nos dan el derecho a todos y
cada uno de los más de 8 400 000 registrados a proponer y ser
propuestos, nominar y ser nominados, elegir y ser elegidos, sin
figurar en la lista de un partido, como ocurre casi obligadamente en
otras naciones.
De ahí que en nuestras asambleas de nominación lo único que se
escucha al proponer candidatos, es el aval de los méritos y
cualidades de la persona propuesta, expuestos y argumentados por uno
o varios vecinos, no por el Partido.
La respuesta masiva de la ciudadanía, la responsabilidad con que
se ha tomado este importante ejercicio electoral, expresado en la
calidad de los nominados, anticipan la masividad y el compromiso con
que millones de cubanos asumirán su participación en las próximas
elecciones del 25 de abril y otorgarán su voto al candidato que
consideren tendrá mejor capacidad para representarlos.
No es secreto que los tiempos son difíciles —quizás como nunca
antes—, para ocupar los 15 093 escaños en las 169 asambleas
municipales y es imperiosa la necesidad de fortalecer el papel de
los delegados como parte del perfeccionamiento institucional por el
que transita la nación, para que esa columna vertebral de nuestro
sistema democrático, que son los órganos del poder del pueblo,
desempeñen con éxito sus misiones.
Son un buen indicador las más de 38 000 asambleas de nominación
celebradas hasta el cierre de esta edición, más del 74% del total;
los más de 28 000 candidatos ya nominados, entre los que se
encuentra una cifra superior a las 10 000 mujeres y a los 5 900
jóvenes, y destacan alrededor de 7 900 actuales delegados.