Bruselas.—
La otrora opulenta y pujante Europa, con pretensiones de haber
salido ya de una crisis económica que afectó a todos sus países en
los dos últimos años y aún remueve algunos cimientos, acumula 80
millones de pobres. Las desigualdades entre los países de la Unión
Europea (UE) se agravaron por el impacto de la crisis global, reveló
un informe de la Oficina de Estadísticas, Eurostat.
Analistas de varias corrientes ideológicas y organizaciones no
gubernamentales han coincidido en que el Viejo Continente nunca será
la superpotencia que aspira a ser si no cambia ese panorama.
Mientras esa situación esté latente, traducida a 80 millones de
historias de dificultad y desesperanza, aproximadamente el 26 por
ciento de la población total, muy poco podrá hacer esa región en
este 2010, proclamado Año Europeo de lucha contra la pobreza y la
exclusión social, según un extenso análisis elaborado por la
periodista Cira Rodríguez César, de Prensa Latina.
Todo parece indicar que será un proyecto más propagandístico que
concreto, impulsado por la Comisión Europea (CE) y la presidencia
española de la Unión Europea (UE) para solucionar un problema que
afecta a uno de cada seis miembros de esa sociedad.
El director general de la Organización de Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, consideró que la
pobreza en Europa es fruto de 15 años de neoliberalismo, lo cual
sumió a millones en el desamparo y la desatención.
A ello se suma la creciente inseguridad alimentaria y la
acelerada pérdida de empleos provocados por la crisis económica
global, por la cual el 73% de los europeos opina que la pobreza ya
es una condición generalizada en sus países.
Para los estudiosos, los niveles de indigencia en Europa son
dispares y muy diferentes a los de naciones en desarrollo, pero
pobreza al fin con marcada marginalidad y exención de la vida
económica, social y cultural del continente.
Dentro de ese triste panorama están los cerca de 17 millones de
niños europeos indigentes registrados por el Fondo de Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF), localizados fundamentalmente en el
sur del continente: Italia, Grecia, España y la región de los
Balcanes.
Otras estadísticas muestran que las naciones más golpeadas por
los avatares de la crisis económica son España, Grecia y Portugal,
donde el 11% de las personas empleadas viven bajo la línea de
pobreza.