Faluya es una localidad situada a unos 70 kilómetros al oeste de
Bagdad y tiene una población de unos 350 000 habitantes y es
conocida como la ciudad de las mezquitas, ya que contaba, antes de
la invasión y ocupación norteamericana en el año 2003, con más de
200 de esos edificios religiosos.
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El crimen cometido en Faluya afecta cada
año a más de 1 000 niños y niñas que nacen con
malformaciones o con afecciones del corazón. ¿Quién responde
ante tal monstruosidad? |
A pesar de haber quedado semidestruida por los ataques de las
tropas foráneas, es para los iraquíes un símbolo de la resistencia.
Hoy sus familias viven una de las peores pesadillas. Como
resultado de los bombardeos norteamericanos en noviembre del año
2004, las madres ven nacer a sus hijos con deformaciones,
padecimientos cardiacos, cáncer y otras enfermedades, resultantes de
la exposición a las armas y medios químicos usados por los militares
del Pentágono.
A las mujeres se les ha advertido por las autoridades que no
deben parir ante la existencia de niños que han venido al mundo en
los últimos seis años, con malformaciones y enfermedades congénitas.
I.—Faluya, año 2004. Mes de noviembre
Transcurría el mes de noviembre del año 2004. Las fuerzas de
ocupación estadounidenses bombardean día y noche la ciudad y sus
alrededores, y los reportes diarios se refieren a menores y mujeres
muertos durante los bombardeos. Las mezquitas son también "bajas"
colaterales de la metralla indiscriminada.
Abu Hammad comerciante de Faluya dijo entonces a la agencia IPS:
"están usando todo, incluyendo gases venenosos".
"Los americanos están perdiendo la guerra en Iraq y en su
frustración han usado armas químicas y bombas de napalm contra la
población civil", declaró Khudur al-Azawi, del Partido Nacional
Democrático de Iraq en declaraciones al periódico The Hindu el 20 de
diciembre del 2004.
Los médicos que permanecieron en el interior de la ciudad
afirmaron haber reconocido cadáveres que "no tenían heridas de bala,
metralla o cualquier otro objeto que hubiese penetrado en sus
cuerpos". Los cadáveres eran de hombres, mujeres y niños. Estaban
hinchados, con un color amarillo y carecían de olor", narró el
entrevistado.
Y aunque oficialmente el Pentágono había informado de la
destrucción de sus arsenales de napalm en el año 2001, ahora tiene
un nuevo nombre Mark 77 pero con el mismo efecto, como reconoció el
portavoz de los marines, Michael Daily, añadiendo que el "Mark 77 es
más ecológico".
Otro marine Randolph Alles, quien dirigió algunos ataques dijo
que "los generales aman el napalm porque tiene un gran efecto
psicológico debido a la bola de fuego que produce y a su típico
olor".
Los residentes de un pueblo cercano a Faluya dijeron a Al Jazeera
que tras un bombardeo "no tuvieron más remedio que enterrar a los
muertos en fosas comunes pues eran irreconocibles, estaban
achicharrados por el uso de bombas de napalm".
Abu Sabah refugiado del área de Julan manifestó a IPS en aquella
oportunidad que "tras los bombardeos, el humo era como una nube en
forma de hongo... al caer pequeños fragmentos dejaban una larga
estela de humo tras ellos... los pedazos explotaban y seguían
ardiendo... cuando tocaban a alguien sus cuerpos se calcinaban
durante horas, quemaban la piel incluso aunque se echase agua en las
heridas".
Otros residentes de la ciudad como el doctor Kamal Hadeethi
reportaron que "habían visto personas derretidas", lo que evidencia
el uso de municiones de uranio, que alcanzan temperaturas tan altas
como para disolver el acero y naturalmente a los seres humanos.
La AFP preguntó entonces al Pentágono si se habían utilizado ese
tipo de armamento en Faluya, y el teniente coronel Joe Yosha
respondió: "Sí, el uranio empobrecido es una munición estándar que
utilizan los tanques Abrahams".
De igual forma, durante los ataques a esa zona de Iraq, el
ejército de Estados Unidos fue acusado de haber empleado municiones
de fósforo blanco.
II.—Faluya año 2010. Mes de marzo.
Niños con deformaciones. Algunos con seis dedos. O con un solo
ojo, y enfermedades del corazón detectadas en una gran cantidad de
neonatos¼
Así se muestra la cara real de la invasión y ocupación militar
norteamericana, a la vez que se denuncia al mundo el uso reiterado
de armas químicas, fósforo blanco, uranio empobrecido, napalm y
otras, durante el ametrallamiento que hicieran las tropas de Estados
Unidos contra esa urbe en el año 2004.
Neurólogos y obstetras en la ciudad que fueron entrevistados por
el rotativo The Guardian dicen que el aumento en los defectos de
nacimiento —que incluyen un bebé que nació con dos cabezas, niños
con tumores múltiples y otros con problemas del sistema nervioso— no
tienen precedentes.
El nivel de problemas cardíacos en los pequeños nacidos en Faluya
es 13 veces mayor que en Europa. Los médicos afirman que la causa es
el material tóxico despedido por las armas norteamericanas.
La especialista en pediatría, Samira al-Ani, que trabaja en un
hospital local, dijo a la prensa que estaba viendo hasta dos o tres
casos al día, principalmente por cardiopatías.
El corresponsal de BBC, John Simpson, también vio a niños en la
ciudad que sufren de parálisis o daños cerebrales —y una fotografía
de un bebé que nació con tres cabezas.
Una investigadora iraquí, Malik Hamdan, dijo que los galenos han
atendido un "masivo número sin precedentes" de afecciones del
corazón y un aumento en la cantidad de defectos en el sistema
nervioso.
Basándose en datos de enero de este año, la tasa de enfermedades
congénitas del corazón fue de 95 por cada 1 000 nacimientos.
He visto imágenes "de bebés recién nacidos con un ojo en el
centro de la frente, o con la nariz en la frente", añadió la
investigadora.
Como conclusión se ha dicho que Faluya se encuentra asolada por
una salvaje epidemia y las víctimas son los más débiles y
vulnerables, los niños y las niñas.
Hoy, casi seis años después, estas evidencias demuestran la
envergadura del crimen.