El jefe de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en
Haití (MINUSTAH), Edmond Mulet, calificó este martes de
extraordinario el trabajo de los médicos cubanos en ese país
caribeño asolado por un terremoto.
Esos profesionales laboran en todos los rincones de Haití, en una
forma extraordinaria, con entrega y amor y muchas veces en
condiciones difíciles, realmente terribles, dijo el funcionario en
declaraciones exclusivas a Prensa Latina en la sede de la ONU.
Pese a esa situación, ellos están ahí, comprometidos,
esforzándose en una forma realmente admirable, agregó.
Yo me quito el sombrero y me inclino ante el trabajo que hacen
los médicos cubanos en Haití, no solo después del terremoto del 12
de enero, sino desde mucho antes, precisó Mulet, de nacionalidad
guatemalteca.
Sobre la actividad del contingente cubano, Mulet resaltó que se
trata de una presencia y una solidaridad que se ha manifestado desde
hace años.
Explicó que el mandato de la MINUSTAH no abarca el tema médico,
pero que esa misión mantiene relaciones cordiales con los médicos de
Cuba, quienes, apuntó, son autosuficientes y hacen su trabajo.
En el momento del seísmo unos 400 cubanos laboraban en el sector
de la salud en Haití, cifra que asciende a casi mil 500 en la
actualidad, incluidos haitianos que estudiaban medicina en Cuba.
El contingente también cuenta con profesionales de 22 naciones de
América Latina y el Caribe y siete de Estados Unidos, graduados en
la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba.
La primera brigada de médicos cubanos llegó a Haití en 1998, como
respuesta al devastador paso del ciclón Georges que afectó a ese
país caribeño en septiembre de ese año.
Mulet asumió la jefatura de la MINUSTAH en reemplazo del tunecino
Hedi Annabi, quien murió durante el terremoto junto con su segundo,
el brasileño Luiz Carlos da Costa, y el comisionado de policía de la
ONU en Haití, el canadiense Doug Coates.