SANTIAGO DE CHILE, 7 de marzo.— La salud debe estar en
condiciones de funcionar siempre, en condiciones normales, de
pandemia, de catástrofe, porque finalmente es el sector que salva
vidas, subrayó Pablo Rodríguez, presidente del Colegio Médico de
Chile, según PL.
El
facultativo fue citado hoy en ese sentido por el periódico La
Nación, que reseña los daños sufridos por los hospitales chilenos
tras el terremoto del sábado pasado, que —afirma— dejó a los
hospitales inhabilitados con 4 000 camas menos.
El rotativo plantea que se trata de cerca del 15% de la capacidad
del sector público y cita el ejemplo del Hospital Regional de
Rancagua, que debió remitir a 100 pacientes a otros centros
asistenciales, aunque su primer piso continúa atendiendo público.
Rodríguez sostuvo la necesidad de invertir en reconstrucción y
reposición de nuevos hospitales, lo cual significaría, según algunas
fuentes, un monto de 4 000 millones de dólares.
Agregó que esto, que ha sido una catástrofe mayor, ha venido a
poner en evidencia la necesidad de seguir incrementando los
presupuestos de salud.
El artículo de La Nación, titulado Las ruinas de los hospitales
chilenos, cita como los centros asistenciales más dañados los de las
sureñas localidades de Talca, Angol, Lebu, Curicó, Curanilahue, Lota,
Putaendo, Parral y Constitución, a los que se suman dos centros
capitalinos.
Por otra parte, un reporte de Notimex señala que un total de ocho
réplicas del terremoto del 27 de febrero pasado se han registrado
hoy en Chile, la mayor de ellas de 5,8 grados Richter en la región
del Bío Bío, 530 kilómetros al sur de Santiago.