Combate contra el Aedes aegypti

No habrá sostenibilidad sin organización, calidad y exigencia

Miguel Febles Hernández

CAMAGÜEY.— Cientos de trabajadores pertenecientes a organismos de subordinación provincial se han sumado durante estos días al combate contra el mosquito Aedes aegypti en las nueve áreas de Salud de este municipio cabecera, territorio que presenta elevados índices de infestación.

Una vez más se acude a la movilización de fuerzas adicionales de otros sectores de la economía, ante la ineficacia de las medidas puestas en práctica para lograr resultados estables en la lucha antivectorial y evitar jornadas maratónicas con dividendos que apenas se reflejan de manera temporal.

Existen tres elementos clave que se repiten negativamente en cada análisis al respecto: organización, calidad y exigencia. He aquí, sin temor a equívocos, el talón de Aquiles del programa dirigido a hacer sostenible el combate contra el peligroso vector, al menos en esta provincia.

El Estado, en medio de una coyuntura económica nada favorable, dedica cifras millonarias, con el propósito de cortar la cadena de transmisión de enfermedades letales, como el dengue hemorrágico, y garantizar así la salud del pueblo.

Sin embargo, los deslices en el actuar de los hombres dan al traste con todos estos esfuerzos y aparecen los que dilapidan recursos, no los emplean con efectividad, cometen acciones fraudulentas o no exigen el cumplimiento de las medidas de carácter preventivo capaces de eliminar o reducir la presencia del mosquito.

Así, de mes en mes, se reiteran los mismos argumentos y justificaciones que, en lugar de ofrecer respuestas contundentes al problema, esconden la verdadera causa del porqué no se acaba de asestar un golpe demoledor al vector con el apoyo de las fuerzas y medios a disposición del sistema de Salud en la localidad.

Se impone lograr en cada área una mejor organización de los trabajadores en la campaña, y que estos sientan el rigor y la exigencia de los jefes, para eliminar de una buena vez el conformismo, la rutina, la desidia y la indisciplina. De lo contrario, se resiente la calidad de las revisiones en centros de trabajo y viviendas.

A juzgar por la cantidad de multas impuestas hasta ahora a los violadores, no es preciso ser especialista para percatarse de que en algunas áreas se trata con "paños tibios" a quienes, en evidente muestra de irresponsabilidad, hacen caso omiso a las orientaciones y ponen en peligro la salud de la comunidad.

Lamentablemente resalta la insuficiente participación ciudadana en la realización sistemática del autocontrol focal y en el acompañamiento a los trabajadores de Vectores. Muestra evidente de ello es que del total de focos encontrados en la ciudad, el 53% se detecta en recipientes y tanques bajos de las viviendas, hecho que nos conduce a pensar que no siempre se actúa como corresponde ante una situación capaz de poner en riesgo muchas vidas.

Algo parecido puede decirse de algunas entidades estatales, cuyas direcciones administrativas y colectivos laborales no han interiorizado la necesidad de hacer frente común en las tareas de higienización, al punto de ascender a 41 el número de centros a los cuales, desde diciembre hasta la fecha, se les han encontrado focos de Aedes aegypti en áreas bajo su jurisdicción.

Revertir tal panorama en el más breve plazo de tiempo, antes de que llegue el periodo de lluvias, constituye el principal propósito de las autoridades del territorio, empeñadas en lograr que la sistematicidad y el rigor prevalezcan por encima de los golpes de efecto y las acciones sin resultados probados.

Solo así el combate contra el dañino vector será sostenible y eficaz para bien de todos los camagüeyanos.

 

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