Tal realidad fue expuesta por Fidel el 29 de enero de 1975, en el
acto central por el Día del Ferroviario celebrado en Placetas,
entonces provincia de Las Villas.
En esa fecha quedaba inaugurado el primer tramo de la
reconstrucción del ferrocarril central, de gran significado para la
economía nacional. La extensión de la obra alcanzaba unos 1 149
kilómetros de longitud, en el tramo La Habana-Santiago de Cuba. El
objetivo era que circularan trenes con una velocidad de hasta 140
kilómetros por hora, con novedosa tecnología y altos niveles de
seguridad en su operación.
Las
nuevas inversiones humanizan el trabajo, cuestión primordial en la
atención al hombre. Este equipo KGT-V multipropósito realiza ocho
operaciones, desde demolición con martillo hasta limpiar cunetas.
Años después, las limitaciones económico-financieras,
esencialmente durante el periodo especial, hicieron colapsar este
sistema de transporte. Revitalizarlo es hoy tarea de prioridad. A
tal propósito el Estado destinó 600 millones de dólares.
Si invertir en recursos resulta primordial, igual importancia
tiene formar operarios, técnicos de nivel medio y especialistas de
nivel superior en la rama ferroviaria bien capacitados, con los
cuales sea posible ejecutar el intenso programa de rehabilitación de
las vías férreas y su infraestructura que ya está en marcha.
Entre los problemas principales que afronta el ferrocarril están
los recursos humanos y la disciplina, aseguró a Granma
Rolando Navarro Hernández, director general de la Unión de
Ferrocarriles de Cuba.
Nos faltan cuadros, directivos y técnicos competentes, además de
preparación y sistematicidad en la recalificación del personal,
apuntó. Hay lugares donde carecemos del dirigente idóneo para esa
tarea, pero tampoco tenemos uno mejor preparado que lo sustituya.
El
trabajo ferroviario requiere tesón, entrega, esfuerzo, voluntad,
férrea disciplina.
"Se impone rescatar la disciplina rigurosa que siempre
caracterizó a los ferroviarios. Podemos materializar las
inversiones, implementar nuevos sistemas de pago; sin embargo, de no
lograr el orden y la disciplina que requiere el ferrocarril, jamás
avanzamos en su revitalización", subrayó.
"En los últimos años ha disminuido el nivel técnico de los
ferroviarios. Entre las principales razones se destacan la
insuficiente atención al hombre, deficientes condiciones de trabajo
y salarios que no estimulan la productividad ni la línea de ascenso
a cargos, temas en los que hoy se toman decisiones, como la pronta
implementación de nuevos sistemas de pago por resultados,
esencialmente a los trabajadores de la vía, donde" mayor déficit de
personal existe.
"Tales situaciones han motivado el éxodo de gran parte de la
fuerza calificada, a lo que se suma el envejecimiento de los
trabajadores y su consecuente jubilación o deceso", comenta Navarro
Hernández.
La Unión tiene aprobada una plantilla de 23 000 trabajadores,
cubierta solo al 88%. El 43% posee nivel medio de escolaridad y solo
el 4% es universitario (la mayor parte no son graduados en
especialidades propias de la rama). Esto —consideró Navarro—, limita
el desarrollo de los programas ferroviarios.
El impacto de la carencia de especialistas se refleja en la
crítica situación que presentan las labores en áreas
técnico-productivas tales como talleres, vías y puentes,
comunicación y señalización.
Todo ello es resultado de la inexistencia, desde hace varios
años, de escuelas tecnológicas y carreras universitarias específicas
de la actividad ferroviaria.
Para revertir la situación, de conjunto con los ministerios de
Educación y Educación Superior, se adoptan medidas encaminadas a
capacitar la fuerza laboral que demanda el ferrocarril, explicó el
Director de la Unión.
Una de ellas consiste en captar estudiantes de cuarto y quinto
años de carreras universitarias afines a esta rama del Transporte
(ingenieros mecánicos, civiles, eléctricos y otros), para luego de
graduados insertarlos laboralmente en el sistema ferroviario y
especializarlos por medio de postgrados. Además, a partir del
venidero curso 2010-2011 el capitalino Instituto Superior
Politécnico José Antonio Echeverría empezará a formar profesionales
del ferrocarril.
Para entonces un grupo de tecnológicos reabrirán sus puertas a
las especialidades ferroviarias, entre ellos: Mártires de Chile, en
La Habana; Cándido González, en Camagüey y otro en Pinar del Río;
mientras se mantendrá funcionando el ubicado en Sagua la Grande.
El ferrocarril necesita además de obreros calificados: herreros,
hojalateros, torneros, entre otros. Para formarlos ya coordinan con
las escuelas correspondientes. "Contamos con la base material de
estudio, con nuestros propios talleres y los conocimientos de los
trabajadores más experimentados, esos son elementos que también nos
permitirán formar más y mejores profesionales", precisó Navarro.
Otra de las medidas radica en la integración de los soldados del
Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) a las labores de la vía; ya están
incorporados 300 y llegarán a ser 2 000 a finales de este año. Estos
muchachos, aseveró, serán la principal cantera para las carreras
universitarias y técnicos de nivel medio. "Recientemente tuvimos un
contacto en Las Tunas con un grupo de ellos, y de ahí salieron los
cuatro primeros aspirantes", comentó.
La implementación de estas medidas, además de encaminarse a
suplir deficiencias existentes en la actualidad en el sector
ferroviario, contribuirá, en plena concordancia con las ideas
expresadas por Fidel hace 35 años, a que "nuestros ferrocarriles en
el futuro, cuando se hayan modernizado, se caractericen
fundamentalmente por la seriedad y por la eficiencia, por el sentido
de la responsabilidad y por la disciplina".
Y por ese camino se ha de andar, en pos de rescatar y potenciar
el necesario oficio del ferroviario.