Gary Prado tira al monte

PEDRO DE LA HOZ
pedro.hg@granma.cip.cu

Cuando en días pasados se confirmó la conexión del ex general Gary Prado Salmón con la célula terrorista desarticulada en abril del 2009 en la ciudad boliviana de Santa Cruz, hubo quien recordó el viejo refrán castellano: la cabra siempre tira al monte. Y en este caso el monte está poblado de oscuros instintos y una contumaz vocación para marchar a contrapelo de la historia.

Prado Salmón en la trama terrorista.

Como se recordará, Prado, con el grado de capitán entonces y obsecuente discípulo de los boinas verdes norteamericanos, comandó la tropa que intervino en el combate final del Che Guevara en la Quebrada del Yuro. Si bien no participó directamente en el asesinato a sangre fría del guerrillero, sus declaraciones y actitudes posteriores lo alinean con los que cometieron el crimen de La Higuera.

Fue quien propaló con mayor sistematicidad el rumor de que era inútil buscar los restos del comandante internacionalista, en un vano intento por evitar la localización de la fosa que en Vallegrande guardó los despojos mortales del Che y varios de sus compañeros de la gesta boliviana. Trató de escarnecer la memoria del combatiente en un opúsculo titulado Cómo capturé al Che. Y en el 2007, al conmemorarse el aniversario 40 del asesinato y ante la devoción de miles de jóvenes que acamparon en La Higuera, destiló frases de odio.

No es de extrañar que Prado Salmón haya aparecido en la trama de las investigaciones de la célula del terrorista Eduardo Rosza Flores. El vínculo del militar retirado con el croata-boliviano, que pretendió avivar una asonada separatista en Santa Cruz para subvertir la institucionalidad del gobierno de Evo Morales, fue aportado, como para que no queden dudas, por uno de los involucrados en la conjura nada menos que ante un juez federal de Estados Unidos.

Con tal de buscarse el respaldo de las autoridades del imperio para una solicitud de asilo un mes después de que el grupo de Rosza fuera abatido en el hotel Las Américas el 16 de abril del 2009, el ex gerente del Comité Pro Santa Cruz, Lorgio Balcázar Arroyo, declaró bajo juramento que a mediados de octubre del 2008 recibió "la orden de Carmelo Paz, gerente de la Cooperativa Rural de Electrificación (CRE) para participar en una reunión en la casa del general retirado Gary Prado Salmón, donde acudieron el abogado Alejandro Melgar, el ex militar Lucio Áñez y Luis Orlando Justiniano".

La copia del documento no la publicó inicialmente el diario Cambio ni la difundió Bolivia TV, órganos estatales, sino El Día, periódico que clasifica entre los más arrabiados medios de la oposición, en el cual prevalecen las acciones de Branko Marinkovic, acaudalado empresario cruceño hoy en fuga y de quien se tienen evidencias de que fue convocado en septiembre del 2008 por el Departamento de estado en Washington para que acelerara el golpe cívico-prefectural contra Evo.

En la deposición de Balcázar, este afirmó que se acordó conformar un llamado "consejo consultivo para la defensa de Santa Cruz" y que "hubo varias reuniones posteriores y que en varias de ellas participó Eduardo Rozsa Flores, quien se presentó al principio como Luis Hurtado".

Entrevistado por Radio Fides, Áñez dio su versión de los hechos. Por una parte trató de exculparse, pero por otra admitió haber conocido a Rosza "un día en que este conversaba con Prado".

El pasado 18 de enero, el Viceministerio de Régimen Interior del Ministerio de Gobierno hizo público cómo "de acuerdo a las declaraciones de Lorgio Balcázar, Gary Prado y el general Lucio Áñez, junto a Eduardo Rosza Flores habrían realizado todo un estudio, análisis de la situación militar y operativa de Santa Cruz, recabando información de los pozos petroleros, de las refinerías, carreteras, puentes, ríos, con el propósito de aislar a Santa Cruz y separarlo del resto del país (¼ ) Estamos pidiendo a la Fiscalía como parte querellante, que se los cite a prestar declaraciones y que, por supuesto, luego de las pruebas y evidencias que existen se proceda a la cautela judicial, porque eran los cabecillas de la estrategia militar. Lorgio Balcázar ha confesado y confirmado que Bolivia se encontraba frente al grave riesgo de dividirse territorialmente y de un enfrentamiento fratricida entre los bolivianos y repetir la historia de Yugoslavia".

No es ocioso en tal sentido recordar que el expulsado embajador de EE.UU. en Bolivia, Philip Golberg, contaba en su currículum haber asesorado a las fuerzas separatistas de Kosovo durante el conflicto de los Balcanes.

Prado Salmón no se arrepiente de su nexo con el grupo de Rosza. ¿El colmo? Decir que este último "era un hombre que vino a defender a Santa Cruz".

 

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