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Premio para Maestros de Juventudes
Michel Hernández y Ventura
de Jesús
michelher@granma.cip.cu
En
ocasión del aniversario 157 del nacimiento del Héroe Nacional, José
Martí, el Premio Maestro de Juventudes, máxima distinción que otorga
la Asociación Hermanos Saíz (AHS), fue concedido a dos insignes
personalidades de la cultura cubana: el poeta, escritor, ensayista y
etnólogo Miguel Barnet, y el pintor, dibujante e ilustrador Roberto
Fabelo, quienes festejaron ayer sus 70 y 60 años de vida,
respectivamente.
En acto celebrado en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC),
al que asistió Abel Prieto, miembro del Buró Político y ministro de
Cultura, el presidente de la AHS, Luis Morlote Rivas, señaló en las
obras de los homenajeados, "poéticas extraordinariamente sólidas,
sustentadas en los más altos valores éticos de nuestra nación, que
ofrecen un muy peculiar testimonio de lo que somos y aspiramos a ser
en esta isla revolucionaria, insurgente y siempre emancipada".
Carilda
entrega en Matanzas un presente a Barnet.
Al agradecer el lauro, Barnet, presidente de la UNEAC y de la
Fundación Fernando Ortiz, consideró que tanto para él como para
Fabelo, el privilegio más grande "ha sido estar aquí con Fidel, con
el socialismo y con la Revolución cubana".
Por su parte, Fabelo, quien se ha desempeñado como profesor del
Instituto Superior de Arte (ISA) y obtenido importantes
reconocimientos, expresó que este galardón es otro estímulo para
"seguir alimentando la curiosidad y hurgando en el legado de los
grandes hombres de esta tierra".
En la ceremonia, que contó con las interpretaciones del dúo Karma
y de la cantante Raquel Hernández, estuvieron además, Pablo Bacallao
Pino, del departamento de Cultura del Comité Central; Osnay Miguel
Colina, miembro del Buró Nacional de la UJC, y Alfredo Guevara,
presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine
Latinoamericano.
HOMENAJE EN MATANZAS
Los matanceros colmaron de elogios a Barnet a escasas horas de su
cumpleaños 70. Reunidos en la Casa de la UNEAC, intelectuales de
varias generaciones removieron más de una señal de afecto para el
ilustre poeta, admiración condensada finalmente en la entrega de la
condición de Hijo Adoptivo de la ciudad de Matanzas.
Como una culminación inestimable estuvieron las palabras de
Carilda Oliver Labra, quien exaltó con esplendor la altura y
semblante del poeta, su magnetismo, su energía, sus dotes éticas y
sus virtudes como pensador sin límites creadores. |
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