Científicos de la universidad española de Oviedo y del Instituto
de Oceanología de Cuba, ampliarán estudios sobre la fauna marina
resguardada en las Reservas de la Biosfera de la isla, reporta
Prensa Latina.
Las investigaciones iniciadas en la península de Guanahacabibes,
una de las zonas de mayor diversidad biológica del archipiélago,
continuarán en otras áreas de alta significación ecológica como la
Ciénaga de Zapata, mayor humedal del Caribe insular.
Pretendemos complementar las pesquisas realizadas en el extremo
occidental de la nación, que permitieron clasificar 773 especies de
moluscos marinos, de ellas 50 consideradas nuevas para la ciencia,
declaró a Prensa Latina el biólogo y catedrático español Jesús Ortea.
Entre las más llamativas, agregó, sobresale la Emiliotia
inmaculatus de concha diminuta y color blanco casi translúcido,
colectada entre los sedimentos de la Cueva de Pedro a 33 metros de
profundidad, explicó.
Cubalaskeya Machoi, muy alargada y de color níveo, es otro de los
hallazgos del grupo mientras exploraba el canto de Yemayá, localidad
de la llanura cársica, frecuentemente azotada por los huracanes.
"En el transcurso de las investigaciones constatamos la elevada
afinidad faunística con la isla de Ábaco en Las Bahamas (63.1 por
ciento) y con los cayos del sur de la Florida (92.8)".
Comentó que la mitad de las variedades de moluscos cubanos vive
en Guanahacabibes, donde gozan de protección por las regulaciones
inherentes a una Reserva de la Biosfera, queremos saber la
localización y el grado de conservación del resto .
Nuestros estudios traspasan los límites de la malacofauna,
indicadora de la salud de los ecosistemas, hemos encontrado también
nuevas especies de crustáceos y una babosa luminosa, que emite
destellos cuando es importunada, entre otros descubrimientos, afirmó
el experto.
Los resultados demuestran que es un zona de sorprendente riqueza,
con un inmenso patrimonio aún por develar, aseguró el biólogo cubano
José Espinosa.
La península, añadió, es relevante también como centro emisor de
larvas planctónicas que pueden favorecer la recuperación de zonas
del Golfo de México y el Caribe, afectadas por cualquier catástrofe.