Rogelio se viró hacia su raíz

Pastor Batista Valdés

PUERTO PADRE, Las Tunas.— Creyendo que lo "ayudaban", hubo hasta quienes le aconsejaron: piénsalo bien, no te apresures, la Agronomía es bonita pero¼

Foto del autorPara Rogelio la carrera “más atractiva” era Agronomía.

Algunos incluso no entendían cómo al muchacho se le podía ocurrir aquello de optar por esa carrera teniendo una cómoda posición en el escalafón docente de su preuniversitario (Fernando Chenard Piña), que le posibilitaba aspirar a "perfiles más atractivos".

Pero ya Rogelio Acosta Rodríguez había decidido que su futuro estaría ahí, apegado a la tierra que ha pisado desde niño en su natal terruño: Vázquez.

"Me gustan las plantas, los cultivos, los animales¼ me llama la atención el campo. Por eso me incliné por la agronomía. Mi madre estuvo durante mucho tiempo en la empresa de cultivos varios, luego pasó al trabajo de la Federación de Mujeres Cubanas, pero ha vuelto otra vez al sector agrícola. Eso también me anima. De ella y de mi hermana, que estudia Derecho, siempre tuve apoyo, mucha comprensión y libertad para decidirme por la carrera que yo quisiera.

"De hecho, puse una sola opción en la boleta: Agronomía. Las demás ofertas no me entusiasmaban. Podía parecer un riesgo, pero algo me decía que una plaza era mía. Y así fue".

—Por tu origen sabes que en el campo se trabaja duro¼

"Eso es verdad, pero no le tengo miedo. Además: hace falta producir alimentos, sacarle fruto a la tierra."

—¿Qué piensas acerca de quienes, viviendo en zonas rurales, prefieren emigrar hacia otros oficios y labores?

"Creo que hay que amar lo de uno. Si todo el mundo hace lo mismo entonces quién va a producir alimentos. El país necesita aprovechar bien los suelos¼ "

—¿Crees que tu caso es único aquí?

"¡Qué va!, en mi grupo de primer año están Yordanis, Daymaris, Raúl Manuel, Yosvani y muchos jóvenes más que vienen de municipios, pero piensan igual."

—¿Y cuando te gradúes¼ ?

"Nada: iré para el lugar donde me ubiquen."

SUSURRO "A DISCRECIÓN"

La idea de realizar esta breve entrevista no surgió en reunión o cobertura informativa alguna. Ni siquiera alguien la sugirió. Vino, inevitable, durante un cálido atardecer, mientras una mujer llamada Magda Lucía Rodríguez hablaba emocionada, en el poblado de Vázquez, acerca de cómo su "retoño", convertido ya en todo un hombre, se había "virado hacia la tierra", para elegir esa carrera que otros esquivan y que tanta falta le hace a Cuba, sobre todo en el contexto actual.

 

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