Mantenerse alertas contra el dengue

José A. de la Osa
delaosa@granma.cip.cu

Un vigoroso "enfrentamiento epidemiológico" de las autoridades sanitarias ha posibilitado que en este casi finalizado 2009 no se haya originado en el país una epidemia de dengue ni fallecimientos ni dengue hemorrágico, cuando en las Américas "bate récord" la presencia de esta enfermedad con un elevado número de defunciones.

 Foto: Otmaro RodríguezColabore con la campaña antivectorial. Los que nos visitan son trabajadores de la salud.

En lo que va de año se han diagnosticado en la Isla 73 casos de dengue importado en viajeros procedentes de la región, 42 más que en el 2008, para un 135% de incremento en relación con el pasado año.

El mayor número de los viajeros enfermos tuvo como destino Ciudad de La Habana, un total de 19, aunque llegaron a todas las provincias del país. Sin embargo, solo se produjeron brotes secundarios en la capital, que fueron debidamente controlados mediante acciones de pesquisaje activo en "probables enfermos", incluyendo la hospitalización preventiva de personas con fiebre, y la fumigación intra y extradomiciliaria.

La población conoce que el peligro de trasmisión del dengue está vinculado con la presencia del vector, el Aedes aegypti, porque para que se origine tiene que existir una persona enferma, el vector o trasmisor y un susceptible (una persona sana).

Considerado este 2009 por la Oficina Panamericana de la Salud "como el año de más intensidad de dengue epidémico", hasta el pasado 17 de noviembre se reportaban 853 468 casos en la región de las Américas, incluyendo 20 832 de dengue hemorrágico y formas complicadas de la enfermedad, con 326 defunciones, para una tasa de letalidad regional de 1,56%, cifras con altos subregistros teniendo en cuenta la falta de atención médica de millones de habitantes de nuestro continente.

Durante este último trimestre se ha elevado el número de casos sospechosos de dengue en Argentina, Bolivia y Paraguay, debido al inicio de la época de trasmisión en el cono sur; Venezuela reporta un brote importante en varios estados de ese país, mientras continúan los brotes en Centroamérica, México y el Caribe, según el último informe de OPS.

La situación descrita debe convertirse en una nueva alerta para que cada ciudadano no descuide su contribución sistemática a la higiene ambiental, y del propio hogar, impidiendo la creación de posibles criaderos del peligroso vector causante del dengue y otras enfermedades.

Para lograr la sostenibilidad de los programas de erradicación del Aedes aegypti, a los que el Gobierno revolucionario destina cuantiosos recursos, es imprescindible la participación de cada miembro de la comunidad en la eliminación de los potenciales criaderos de este peligroso vector.

El presupuesto de la nación para el control antivectorial supera los ocho millones de dólares anuales en gastos directos por concepto de la compra de plaguicidas, equipamiento y otros insumos, a lo que deben sumarse los que comportan la vigilancia epidemiológica, serológica y de atención médica mediante las pesquisas activas y de hospitalización de casos sospechosos o probables.

Además, en moneda nacional este programa se eleva a más de 330 millones por el pago a los trabajadores de la campaña, alimentación, transporte y otros.

El efectivo control de los criaderos del Aedes aegypti sobrepasa en cualquier país, por su complejidad, las acciones que puedan desarrollar los ministerios de Salud. Solo una población consciente de los peligros que acarrea para nuestra familia la existencia de este vector, unido a un alto grado de responsabilidad social, puede ser capaz de mantener índices de infestación que impida la trasmisión del dengue.

Índice de infestación

Los especialistas plantean que una infestación del Aedes aegypti inferior a 0,05% no posibilita en un territorio dado la trasmisión del dengue. A solicitud de Granma, el Máster en Ciencias Juan R. Vázquez Cangas, director de la Unidad Nacional de Vigilancia y Lucha Antivectorial del Ministerio de Salud Pública, puso en evidencia que en el momento actual Ciudad de La Habana registra provincialmente una media de 0,06, mientras La Habana del Este tiene una infestación del 0,09, el Cerro, 0,08, Marianao 0,11; la Lisa, 0,14, lo que representa un mayor peligro de trasmisión.

La provincia de La Habana, aunque territorialmente registra índices aceptables, debe prestar atención a municipios como Mariel (0,68) y Bejucal (0,48).

Otros territorios con índices elevados son la ciudad de Santiago de Cuba (1,0), fundamentalmente en las áreas de Salud más céntricas; Camagüey, en el municipio capital, donde todas sus áreas de salud registran una infestación considerada de riesgo; y Santa Clara, sobre todo los territorios pertenecientes a los Policlínicos Capitán Roberto Fleites, Santa Clara, XX Aniversario, Chiqui Gómez y Martha Abreu.

 

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