Curtis
Hanson se resiste a la idea de ser un huésped "afortunado" en el
Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Hubiera querido compartir
sus jornadas habaneras con su colega Michael Mann (Alí y
Miami Vice) y la actriz Katherine Heigl (la doctora Izzie
Stevens de Anatomía de Grey), pero el Departamento del Tesoro
de Estados Unidos entorpeció la entrega de las licencias
correspondientes. Los viajes a Cuba pasan por el tamiz de la
orwelliana Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), que
impidió en octubre que los patrocinadores de la Filarmónica de Nueva
York se trasladaran a la Isla.
"Pienso
que todos los obstáculos que se interponen en la comunicación de las
personas son malos", comentó el realizador de LA Confidential,
título que conquistó dos Oscar en 1997, y en el que contó con un
reparto de lujo encabezado por Russell Crowe, Guy Pearce, Kim
Bassinger, Danny DeVito y Kevin Spacey.
Como se recordará, el filme aborda la lucha contra la corrupción
imperante en el Departamento de Policía de Los Ángeles.
Hanson se marchó de Cuba convencido de que "el Festival de La
Habana es diferente, mucho más participativo; la gente reacciona
ante las películas de una manera muy espontánea y visceral".
Otra conclusión extrajo de su experiencia de ver cine y contactar
con realizadores latinoamericanos: "Todos hacemos cine de la misma
forma, o al menos por el mismo motivo. Somos artistas y queremos
contar historias. Eso no cambia".
Por largo tiempo, Hanson se desempeñó como guionista. "Adquirí
oficio y tomé conciencia de la diferencia entre lo que se planifica
en un papel y luego se refleja en la pantalla". Sin embargo confesó
ser partidario "de contar con un sólido guión antes de filmar;
mientras más se piensa una película hay mayores posibilidades de
controlar el resultado final".
Sobre el Oscar, conquistado a contrapelo del pantagruélico
despliegue de Titanic, declaró que "todo premio estimula y
ayuda a hacer carrera en el cine, pero no es más importante que la
huella que una película pueda dejar en la memoria del espectador".
"Me gustaría rodar aquí una película —comentó— y que los
cineastas cubanos pudieran hacerlo en mi país. Es hora de que se
normalicen las relaciones culturales entre Cuba y Estados Unidos".