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Las sentencias contra los
cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos son
una muestra de sadismo, afirmó el embajador de Cuba en República
Dominicana, Juan Astiasarán, quien recabó solidaridad para lograr la
liberación de esos prisioneros.
El diplomático cubano denunció la negativa constante de las
autoridades estadounidenses a conceder visas a las esposas y demás
familiares de los cinco encarcelados, además de las condiciones en
que fueron mantenidos durante largos meses tras su arresto.
Contrastó ese tratamiento injusto y cruel con el hecho de que
terroristas confesos caminen libres por ciudades estadounidenses a
pesar de las pruebas de que han cometido crímenes de lesa humanidad.
Esos cinco hombres, con futuro brillante y de conducta impoluta,
lo sacrificaron todo por proteger a sus compatriotas del terrorismo,
subrayó el diplomático en el XII Seminario Internacional de Derechos
Humanos, dedicado a la libertad de los cinco cubanos.
La reunión, apuntada contra la corrupción, la impunidad y por la
transparencia, es convocada por la Comisión Nacional de Derechos
Humanos (CNDH) y se extenderá hasta el domingo con la participación
de delegados de Puerto Rico, Haití, Cuba, El Salvador, Estados
Unidos y el país anfitrión.
Astiasarán reseñó la historia de agresiones iniciada desde
Estados Unidos tan pronto triunfó la Revolución en su país en enero
de 1959 y puntualizó que nunca pudo probarse la acusación de
espionaje contra
Ramón Labañino,
Gerardo Hernández,
René González,
Antonio Guerrero y
Fernando González.
Citó los testimonios durante el proceso de altos militares
norteamericanos en retiro, quienes aseguraron al tribunal que esos
hombres no poseían información alguna lesiva a los intereses y la
seguridad de su país.
Reivindicó asimismo el derecho de su país a buscar información
sobre organizaciones terroristas, una actividad que se ha tornado
común en las actuales circunstancias de ataques contra ciudadanos
inocentes.
El jefe de la misión estatal cubana reseñó la atmósfera de odio
alentada por diversos sectores durante el juicio, la cual llegó al
asedio de los jurados, escogido entre personas que mostraron
inclinación contra la Revolución Cubana.
Como muestra tangible del carácter político del proceso, contó
que en las audiencias de resentencia aún en curso, la fiscal dijo al
tribunal que se hacían necesarias por la mala imagen que el caso ha
tendido sobre el sistema judicial estadounidense y llamó a redoblar
la solidaridad.
Manuel María mercedes, presidente de la CNDH dominicana recordó
que cuando se comenzaron esos seminarios, la batalla era por liberar
a un grupo de puertorriqueños presos políticos en Estados Unidos
cuya excarcelación parecía imposible entonces y hoy es un hecho.