Dicen
que mientras más cerca del faro, menos luz. Eso suele ser verdad si
solo buscamos la claridad en la lontananza, más allá de las
fronteras, sin agotar la búsqueda de lo que puede brillar con luz
propia dentro de los límites de nuestro país.
Los tiempos han cambiado, la crisis económica cubre el planeta y
obliga a la creación, a aguzar el intelecto y los deseos de salir
adelante afianzados en lo nacional, a lo que es posible acceder con
el empleo de una cantidad razonable de recursos.
A partir de las primeras competencias de balonmano en Cuba, a
mediados de la séptima década del siglo pasado, los especialistas
advirtieron que los cubanos —por ser buenos lanzadores de pelota
gracias a la práctica del béisbol desde edades tempranas— podrían
imponerse en ese deporte en el que Europa (Francia es campeón
olímpico y mundial) dice la última palabra en el tema de la calidad.
Tenían razón quienes así pensaban. Durante años Cuba lideró los
Campeonatos Panamericanos de esta disciplina y obtuvo destacados
resultados en Juegos continentales. Los olímpicos de Sydney 2000
constituyeron la última oportunidad en que los balonmanistas
estuvieron en una cita cuatrienal del universo, después, debido a
las condiciones económicas adversas, se ausentaron de importantes
torneos en los dos ciclos olímpicos siguientes.
En enero de este año los nuestros participaron en el Mundial de
Croacia y concluyeron en el lugar 20 entre 24 equipos, como señal
inequívoca de cuán lejos están del máximo nivel, concentrado en el
Viejo Continente.
Demasiado tiempo alejados de la elite del orbe, por lo tanto es
preciso ir paso a paso para recuperar terreno. Y un paso firme se
dio en este 2009 al jugarse por primera vez la Liga Elite, con el
objetivo esencial de ofrecerles un espacio para el fogueo a las
nuevas generaciones de balonmanistas.
Nada fácil ha sido montar este certamen. Sin embargo, los
organizadores se esforzaron por vestir y calzar adecuadamente a los
muchachos, respetaron el calendario oficial y el horario para
efectuar los desafíos, reunieron a los mejores hombres de la
preselección junto a otros radicados en las diferentes provincias, y
el resultado —en el camino de la preparación para futuras
competencias— es halagador, al punto de pensarse desde ahora mismo
en la reedición de la contienda en el 2010, como antesala del
Campeonato Mundial de Suecia 2011.
Habrá que comprobar el aporte de esta lid a la preparación de los
Juegos Centroamericanos y del Caribe’10 y los Panamericanos un año
después. Por el momento, representa una opción capaz de romper la
monotonía de esos entrenamientos que tienden a desestimular a
jóvenes ávidos de probar sus facultades.
El balonmano miró hacia adentro y halló una vía para resurgir,
sin que por ello desestime lo que acontece en otras partes del mundo
donde constantemente se actualizan los métodos de preparación,
dirección y el nivel cualitativo de las selecciones.
No siempre se ha de buscar la luz a lo lejos, lo nuestro también
tiene valor.