Ugo
Nespolo aspira a sumar la capital cubana a su exitoso itinerario de
confrontaciones internacionales. Por eso en estos días se ha lanzado
a una exploración del ambiente habanero, aprovechando la
efervescencia del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y la
proverbial colaboración entre el ICAIC y la Asociación Recreativa
Cultural Italiana (ARCI).
Esa
estación expositiva en la isla pudiera concretarse a fines de la
primavera del año próximo, según trascendió de los contactos del
creador italiano con las autoridades culturales de nuestro país.
Se trata de tener la posibilidad de acceder a la obra de uno de
los más reconocidos artistas italianos en las últimas cuatro
décadas. Dotado de un peculiar sentido del humor y de una sutil
manera de interpretar las encrucijadas del hombre ante sus
circunstancias, Nespolo (Mosso, 1941), se hizo notar ya desde los
años sesenta con cuadros en los que se reinventaba una
interpretación del pop.
Poco tiempo después consolida su reputación en la vanguardia
tanto por su obra pictórica como por sus incursiones en el cine
experimental y el diseño.
La inquietud de Nespolo lo ha llevado tanto a diseñar la camiseta
de líder para una de las ediciones del famoso Giro ciclístico
italiano como a pintar el palio (estandarte rectangular) por el que
luchan las cuadrillas de jinetes en las tradicionales fiestas
estivales en Siena.
Acerca de esta proyección pública del artista, el crítico Mauro
Cappio Barazzone ha dicho: "Las obras de Nespolo deben y pueden ser
leídas por todo y esto es motivo de felicidad para una personalidad
que después de haber alcanzado los mayores niveles de éxito entre
los especialistas, hoy es considerado absolutamente universal". Y en
The New York Times, hace apenas unos días, Roderick Conway Morris
observó: "Los trabajos de Ugo Nespolo tienden un puente entre el
arte y la artesanía, la tradición y la modernidad, la niñez y la
adultez".