.— La pérdida de
trabajos en medio de la actual crisis económica obliga a cada vez
más estadounidenses a sumarse a las colas de beneficiados por los
bancos de comida, indica la televisora CBS News.
De acuerdo con la organización de caridad Feeding America, la
situación financiera genera una ola de personas que por primera vez
visitan las despensas populares ante la falta de recursos para
gestionarse la alimentación.
Cada año, los bancos de alimentos deben enfrentar un aumento de
la demanda del 30 por ciento, pero desde 2008 hasta mediados de 2009
la situación fue cinco veces peor, acota el grupo.
Entre los nuevos asiduos sobresalen miles de norteamericanos de
clase media, que perdieron su estatus al ser despedidos o verse
obligados a aceptar sueldos menores ante la alternativa de sumarse a
la lista de desempleados.
Según estadísticas tomadas a nivel federal, a los aproximadamente
25 millones de estadounidenses que acuden a programas de caridad
para llevarse el alimento a la boca se sumaron este año nuevas
caras.
Las colas han crecido tanto, que cuando uno sale afuera se siente
agobiado, señala Jesse Taylor, director de un comedor en Nueva York.
El departamento de Agricultura informó este mes que al menos 49
millones de personas, el 14,6 por ciento de las familias del país,
debían hacer un gran esfuerzo para tener la mesa servida, el mayor
nivel desde que comenzaron a llevar tales datos en 1995.