.— La economía mexicana
atraviesa la peor crisis de las últimas ocho décadas, con un
desplome de su producto interno bruto que podría superar el siete
por ciento en 2009, demuestran hoy cifras oficiales.
El pronóstico se sustenta en el tardío despegue del comercio
exterior, iniciado en el último trimestre de este año, el deterioro
del empleo, de la producción industrial y el gasto en inversión
productiva, entre otros indicadores.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, citados
este viernes por el rotativo El Financiero, indican que las
exportaciones entre enero y octubre último descendieron como
promedio anual 26,9 por ciento, un declive no observado desde 1986.
Vista en términos anuales, de enero a septiembre de 2009, también
cayó la inversión extranjera directa en 42,3 por ciento; ello
equivale al mayor decrecimiento desde principios de la década de los
60 del siglo pasado.
A lo anterior se une la salida de capitales del país debido a
depósitos bancarios e inversiones de empresas y ciudadanos mexicanos
en el extranjero.
Como resultado de la crisis, recuerda El Financiero, durante los
10 primeros meses de 2009 alrededor de tres millones de mexicanos
perdieron el empleo y pasaron a la llamada actividad productiva
informal.
Los subocupados, detalla el análisis, llegaron a totalizar más de
cinco millones entre abril y mayo pasados; en tanto, los
incorporados a las filas de la informalidad sumaron 13,4 millones;
esto último significa un aumento de medio millón de personas en un
año y la mayor proporción registrada hasta el momento a escala
nacional.
Hasta octubre, los datos oficiales de seguridad social señalaron
la existencia de 13,9 millones de trabajadores formales; es decir,
el número de empleados en las empresas se redujo en medio millón en
un año.
Académicos, analistas y representantes empresariales consultados
por El Financiero sostienen que el saldo económico del último
trienio en México es marcadamente negativo, asegura la publicación.