Higiene ambiental

Desafío por la salud

Orfilio Peláez y Alberto Núñez
pelaez@granma.cip.cu
y alberto.enb@granma.cip.cu

Es evidente que la situación higiénica de la capital sufre desde hace años un sensible deterioro. Sin desconocer las limitaciones económicas resulta paradójico que mientras el país invirtió cuantiosos recursos en reiteradas campañas contra el mosquito Aedes aegypti, todo ese noble empeño material y humano se empañara a consecuencia de la falta de sistematicidad en la recogida de desechos sólidos, la limpieza de locales abandonados y otras medidas para mantener un entorno limpio.

Fotos: Yaimí Ravelo y Jorge Luis González Con motivación han acogido los trabajadores la recogida nocturna de desechos.

Quizás como nunca antes, se emprende ahora un programa integral para revertir el adverso cuadro ambiental y transformar la imagen de la urbe. La voluntad de todos los involucrados es que no haya retrocesos.

CAMBIAR LAS REGLAS

Para Daniel, Luis Rafael, Ángel y José Agustín, la dotación del colector de desechos sólidos que labora en la zona 4 del municipio de Playa, justo en la demarcación del Consejo Popular Ampliación Almendares, no hay mejor amanecer que el de ver la ciudad limpia, fruto de la faena emprendida en toda la madrugada... Pero qué decepción cuando contrariamente impera la indisciplina social como mayor atentado contra la higiene y la salud del entorno y sus habitantes.

Fotos: Yaimí Ravelo y Jorge Luis González Los talleres garantizan el funcionamiento óptimo de los equipos.

Trabajadores y directivos de un buen número de instituciones integradas al empeño de saneamiento y ordenamiento del medio, coinciden en que la ofensiva actual llega para quedarse. No puede ser de otra manera que permanente cuando de higiene se trata y en ella nos va en buena medida la vida, afirma Luis Rivero Pérez, director Provincial de Servicios Comunales de Ciudad de La Habana.

La respuesta de las dotaciones de los camiones colectores de retomar el horario nocturno para la recogida de desechos sólidos, y establecer un doble turno en las primeras horas de la mañana, son premisas para garantizar que la capital, a pesar de la complejidad que encierra, vuelva a ser una urbe limpia, añade el funcionario.

Fotos: Yaimí Ravelo y Jorge Luis González Muy compleja resulta la labor de limpieza de fosas.

Rivero apunta que en el presente existen los aseguramientos técnicos para encaminar un programa que, en un primer turno —10:00 p.m. a 6:00 a.m., 12:00 a.m. a 8:00 a.m., según los territorios— acopie el mayor volumen de basura, digamos entre un 70 y un 80% (no es posible el 100%), y luego en otra jornada de trabajo se complete el saneamiento por la mañana.

Por supuesto que una experiencia recién iniciada tiene aspectos que incorporar. En los próximos días estarán dispuestas las básculas para el pesaje de los desechos sólidos urbanos que llegan a cuatro vertederos habilitados en el territorio.

Fotos: Yaimí Ravelo y Jorge Luis González Luego de casi 10 años, el círculo infantil Maquinita dorada, en La Habana del Este, vuelve a recibir el abasto de agua corriente.

Así podrá medirse la proporción carga-consumo de combustible, saber con precisión la cantidad de basura que genera la capital actualmente y, muy importante, corresponder el pago a los trabajadores según el resultado de su labor, intención que además reexamina un mejor tratamiento del concepto de nocturnidad.

Pendiente también está la entrega a cada dotación de utensilios como escobillas, palas y cajas para sanear los alrededores de los contenedores una vez que estos son volteados en el camión colector.

Respecto a las ventajas de la recogida en la noche-madrugada, los trabajadores refieren sobre todo cuánto se avanza gracias al poco tráfico de vehículos y transeúntes, así como el hecho de las temperaturas más frescas.

Fotos: Yaimí Ravelo y Jorge Luis González En Alamar apreciamos la arbitraria ampliación de esta vivienda sobre las redes hidráulicas. Incluso ahora el poste eléctrico queda dentro de los límites del inmueble.

Para coronar con éxito el tremendo esfuerzo de lograr y sostener un ambiente sano en la ciudad, se impone la presencia de efectivos inspectores que pongan coto a las frecuentes indisciplinas sociales. En favor del mantenimiento de la higiene existe el Decreto Ley No. 272, que entre su amplio contenido recoge en el artículo 18, inciso A, la imposición de multas y la obligación de resarcir los daños ocasionados a quien afecte por cualquier medio o forma los depósitos colectivos destinados a la recogida de desechos domiciliarios.

Catorce hombres haciendo labor de madrugada convierten el taller de la unidad provincial de higiene comunal en un sitio singular. Retaguardia callada de mecánicos, electricistas, soldadores, ayudantes... Sobre ellos habla con orgullo Rolando Carrillo Oliva, su director, mientras una grúa sale al auxilio de un camión averiado y el soldador Miguel Calzadilla pone a punto un vehículo colector que llevaba días sin brindar servicio.

Cada jornada merece un examen. En la mañana tiene lugar el análisis de aciertos e insuficiencias y la revisión de los aseguramientos materiales para el día en cuestión.

El perfil de atención es amplio. La higiene no puede limitarse a la recogida de desechos. Los grupos de dirección para el saneamiento y ordenamiento del medio en cada territorio, encabezados por un vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal, hacen su parte con rigor.

No olvidan el estado de los solares yermos y los locales cerrados, lugares que ante el más mínimo descuido se convierten en hospederos de vectores. Una conclusión debe quedar clara mientras más se reitere: los gobiernos locales son responsables del saneamiento en las áreas que les corresponde.

ESCOMBREO Y LIMPIEZA DE FOSAS

Más de 132 000 es el estimado de fosas existentes en la ciudad, la mayoría de ellas localizadas en los municipios de Playa, Marianao y La Lisa, otras zonas periféricas y suburbanas donde constituyen la única infraestructura sanitaria disponible ante la ausencia de alcantarillado.

Para emprender la extracción manual o mecanizada de los residuales sólidos producidos en los compartimientos de las fosas, funciona desde el año 2002 la Unidad Básica Provincial de Reparación y Escombreo de Fosas.

Namán Morales Musalem, director de la entidad, está consciente de cuánto se relaciona su responsabilidad con el mejoramiento del medio ambiente citadino.

Ahora su principal desvelo lo ocupa el déficit de más de 5 000 tapas y cerca de 3 000 cubiertas de fosas. La no existencia de estas —señala—favorece la proliferación de vectores de todo tipo.

El especialista explica que la solución está en marcha por distintas vías. A partir de la solicitud de servicio, y previa defectación técnica, se les da respuesta práctica en lo posible a los usuarios. Además la producción se reanima y existen contratos con la Asociación Productiva de la Construcción para propiciar la venta de esos aditamentos, a fin de que más temprano que tarde pueda resolverse este problema.

En cuanto al quehacer propio de escombreo y desobstrucciones, resulta halagüeño conocer que se cuenta con un equipamiento de seis camiones de alta presión. Pero la mejor noticia es que la plantilla de trabajadores está completa. Y ello no es obra del azar. A la dura faena la acompaña una suficiente atención a los trabajadores en el orden salarial, de la alimentación, medios de protección y cuidado de la salud, expresado este último en vacunación y chequeos médicos periódicos.

Tamaris y Ariel, vecinos de calle 31 A entre 60 y 62, Playa, manifiestan satisfacción por la limpieza realizada a la fosa. De la profundidad de ella sale Omar Trujillo, para apuntar cómo el compromiso por la higienización los lleva a trabajar hasta bien entrada la noche.

Sin embargo, los propios beneficiados señalan que pudo demorar menos tiempo la prestación del servicio.

ABASTO DE AGUA, UNA PRIORIDAD

Desde el comienzo de las acciones para mejorar el panorama ambiental de la ciudad, la reparación de las redes de suministro de agua recibe un particular impulso, pues de la disponibilidad de ese imprescindible líquido depende mucho mejorar la calidad de las condiciones higiénicas individuales y colectivas.

Un periplo de los reporteros de Granma por varios consejos populares del municipio de La Habana del Este, permitió apreciar los trabajos hechos en esos territorios para beneficiar a más de 4 500 vecinos, además de instalaciones educativas y sociales, que en algunos casos y por el notable deterioro de las tuberías, falta de mantenimiento, y obras sin terminar, estuvieron casi diez años sin recibir agua corriente. Solo podían ser abastecidos mediante pipas.

Como apunta Antonio Román Lago, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado del Este, en apenas dos semanas y sobre todo mediante la sustitución de los ramales de tuberías en mal estado, lograron hacer realidad el suministro del vital líquido en días alternos a 27 edificios de viviendas, seis escuelas (algo clave para el lavado de las manos de los alumnos con frecuencia), círculos infantiles, panaderías, peluquerías y otros inmuebles, situados en los repartos Camilo Cienfuegos y Alamar.

Además de representar un salto cualitativo en la calidad de vida, el dejar de emplear las pipas para el suministro de agua a los lugares mencionados reporta la reducción de unos 7 200 litros en el consumo de combustible al mes.

Lago calificó de compleja la situación de Alamar, donde alrededor de 200 edificios no reciben agua por la vía del sistema de acueducto.

En dependencia de la disponibilidad de recursos trabajaremos para lograr que de manera gradual esta llegue a la totalidad de ellos, acotó.

También se refirió a la supresión de salideros de agua potable y albañales en la vía pública, labores que a su juicio no marchan con la celeridad esperada. Mencionó la especial coyuntura que vive el municipio de San Miguel del Padrón, el cual presenta una elevada incidencia en el número de casos de salideros donde se ligan las aguas limpias con las negras.

Bajo un fuerte sol, en el poblado costero de Guanabo apreciamos cómo una agrupación de la Empresa Nacional de Perforaciones y Construcciones del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Villa Clara, apoyada por el Contingente Blas Roca, ejecutaba la limpieza de los llamados pozos de infiltración, que constituyen una solución paliativa para recoger las aguas albañales en aquellos lugares sin alcantarillado.

Eriel Gálvez Rodríguez, jefe de la citada brigada, explicó que permanecerán en esa labor por tiempo indefinido, pues se trata de una medida esencial para favorecer la salud y el bienestar de las familias asentadas en las inmediaciones.

Sin embargo, el mal estado de las calles aledañas (ya casi sin pavimento) puede conspirar contra este noble objetivo al propiciar que queden en el interior de los baches restos de los desechos sólidos extraídos de los pozos.

Por eso es fundamental que después de terminado el trabajo, camiones con agua a presión limpien las aceras y vías, sentenció Eriel.

Los rostros de la indisciplina social y el deficiente control de las autoridades a la hora de poner orden afloraron durante el recorrido.

Muros, cercas y hasta ampliaciones de viviendas hechas encima de las redes del alcantarillado impiden ahora ejecutar diferentes labores de rehabilitación, que beneficiarían a la comunidad.

Los casos anteriores pudimos observarlos en diferentes puntos de La Habana del Este, pero estamos seguros de que están presentes en otros territorios de la urbe.

El esfuerzo por aliviar la falta de agua potable al sector residencial abarca a los quince municipios de la capital. Su avance más lento o rápido estará en dependencia de los recursos con que se cuente. Lo reflejado en este material solo es un pequeño esbozo de la batalla integral por la higiene.

Valoraciones de comunales

 

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