|
Higiene ambiental
Desafío por la salud
Orfilio Peláez y
Alberto Núñez
pelaez@granma.cip.cu
y
alberto.enb@granma.cip.cu
Es evidente que la situación higiénica de la capital sufre desde
hace años un sensible deterioro. Sin desconocer las limitaciones
económicas resulta paradójico que mientras el país invirtió
cuantiosos recursos en reiteradas campañas contra el mosquito Aedes
aegypti, todo ese noble empeño material y humano se empañara a
consecuencia de la falta de sistematicidad en la recogida de
desechos sólidos, la limpieza de locales abandonados y otras medidas
para mantener un entorno limpio.
Con
motivación han acogido los trabajadores la recogida nocturna de
desechos.
Quizás como nunca antes, se emprende ahora un programa integral
para revertir el adverso cuadro ambiental y transformar la imagen de
la urbe. La voluntad de todos los involucrados es que no haya
retrocesos.
CAMBIAR LAS REGLAS
Para Daniel, Luis Rafael, Ángel y José Agustín, la dotación del
colector de desechos sólidos que labora en la zona 4 del municipio
de Playa, justo en la demarcación del Consejo Popular Ampliación
Almendares, no hay mejor amanecer que el de ver la ciudad limpia,
fruto de la faena emprendida en toda la madrugada... Pero qué
decepción cuando contrariamente impera la indisciplina social como
mayor atentado contra la higiene y la salud del entorno y sus
habitantes.
Los
talleres garantizan el funcionamiento óptimo de los equipos.
Trabajadores y directivos de un buen número de instituciones
integradas al empeño de saneamiento y ordenamiento del medio,
coinciden en que la ofensiva actual llega para quedarse. No puede
ser de otra manera que permanente cuando de higiene se trata y en
ella nos va en buena medida la vida, afirma Luis Rivero Pérez,
director Provincial de Servicios Comunales de Ciudad de La Habana.
La respuesta de las dotaciones de los camiones colectores de
retomar el horario nocturno para la recogida de desechos sólidos, y
establecer un doble turno en las primeras horas de la mañana, son
premisas para garantizar que la capital, a pesar de la complejidad
que encierra, vuelva a ser una urbe limpia, añade el funcionario.
Muy
compleja resulta la labor de limpieza de fosas.
Rivero apunta que en el presente existen los aseguramientos
técnicos para encaminar un programa que, en un primer turno —10:00
p.m. a 6:00 a.m., 12:00 a.m. a 8:00 a.m., según los territorios—
acopie el mayor volumen de basura, digamos entre un 70 y un 80% (no
es posible el 100%), y luego en otra jornada de trabajo se complete
el saneamiento por la mañana.
Por supuesto que una experiencia recién iniciada tiene aspectos
que incorporar. En los próximos días estarán dispuestas las básculas
para el pesaje de los desechos sólidos urbanos que llegan a cuatro
vertederos habilitados en el territorio.
Luego
de casi 10 años, el círculo infantil Maquinita dorada, en La Habana
del Este, vuelve a recibir el abasto de agua corriente.
Así podrá medirse la proporción carga-consumo de combustible,
saber con precisión la cantidad de basura que genera la capital
actualmente y, muy importante, corresponder el pago a los
trabajadores según el resultado de su labor, intención que además
reexamina un mejor tratamiento del concepto de nocturnidad.
Pendiente también está la entrega a cada dotación de utensilios
como escobillas, palas y cajas para sanear los alrededores de los
contenedores una vez que estos son volteados en el camión colector.
Respecto a las ventajas de la recogida en la noche-madrugada, los
trabajadores refieren sobre todo cuánto se avanza gracias al poco
tráfico de vehículos y transeúntes, así como el hecho de las
temperaturas más frescas.
En
Alamar apreciamos la arbitraria ampliación de esta vivienda sobre
las redes hidráulicas. Incluso ahora el poste eléctrico queda dentro
de los límites del inmueble.
Para coronar con éxito el tremendo esfuerzo de lograr y sostener
un ambiente sano en la ciudad, se impone la presencia de efectivos
inspectores que pongan coto a las frecuentes indisciplinas sociales.
En favor del mantenimiento de la higiene existe el Decreto Ley No.
272, que entre su amplio contenido recoge en el artículo 18, inciso
A, la imposición de multas y la obligación de resarcir los daños
ocasionados a quien afecte por cualquier medio o forma los depósitos
colectivos destinados a la recogida de desechos domiciliarios.
Catorce hombres haciendo labor de madrugada convierten el taller
de la unidad provincial de higiene comunal en un sitio singular.
Retaguardia callada de mecánicos, electricistas, soldadores,
ayudantes... Sobre ellos habla con orgullo Rolando Carrillo Oliva,
su director, mientras una grúa sale al auxilio de un camión averiado
y el soldador Miguel Calzadilla pone a punto un vehículo colector
que llevaba días sin brindar servicio.
Cada jornada merece un examen. En la mañana tiene lugar el
análisis de aciertos e insuficiencias y la revisión de los
aseguramientos materiales para el día en cuestión.
El perfil de atención es amplio. La higiene no puede limitarse a
la recogida de desechos. Los grupos de dirección para el saneamiento
y ordenamiento del medio en cada territorio, encabezados por un
vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal, hacen su
parte con rigor.
No olvidan el estado de los solares yermos y los locales
cerrados, lugares que ante el más mínimo descuido se convierten en
hospederos de vectores. Una conclusión debe quedar clara mientras
más se reitere: los gobiernos locales son responsables del
saneamiento en las áreas que les corresponde.
ESCOMBREO Y LIMPIEZA DE FOSAS
Más de 132 000 es el estimado de fosas existentes en la ciudad,
la mayoría de ellas localizadas en los municipios de Playa, Marianao
y La Lisa, otras zonas periféricas y suburbanas donde constituyen la
única infraestructura sanitaria disponible ante la ausencia de
alcantarillado.
Para emprender la extracción manual o mecanizada de los
residuales sólidos producidos en los compartimientos de las fosas,
funciona desde el año 2002 la Unidad Básica Provincial de Reparación
y Escombreo de Fosas.
Namán Morales Musalem, director de la entidad, está consciente de
cuánto se relaciona su responsabilidad con el mejoramiento del medio
ambiente citadino.
Ahora su principal desvelo lo ocupa el déficit de más de 5 000
tapas y cerca de 3 000 cubiertas de fosas. La no existencia de estas
—señala—favorece la proliferación de vectores de todo tipo.
El especialista explica que la solución está en marcha por
distintas vías. A partir de la solicitud de servicio, y previa
defectación técnica, se les da respuesta práctica en lo posible a
los usuarios. Además la producción se reanima y existen contratos
con la Asociación Productiva de la Construcción para propiciar la
venta de esos aditamentos, a fin de que más temprano que tarde pueda
resolverse este problema.
En cuanto al quehacer propio de escombreo y desobstrucciones,
resulta halagüeño conocer que se cuenta con un equipamiento de seis
camiones de alta presión. Pero la mejor noticia es que la plantilla
de trabajadores está completa. Y ello no es obra del azar. A la dura
faena la acompaña una suficiente atención a los trabajadores en el
orden salarial, de la alimentación, medios de protección y cuidado
de la salud, expresado este último en vacunación y chequeos médicos
periódicos.
Tamaris y Ariel, vecinos de calle 31 A entre 60 y 62, Playa,
manifiestan satisfacción por la limpieza realizada a la fosa. De la
profundidad de ella sale Omar Trujillo, para apuntar cómo el
compromiso por la higienización los lleva a trabajar hasta bien
entrada la noche.
Sin embargo, los propios beneficiados señalan que pudo demorar
menos tiempo la prestación del servicio.
ABASTO DE AGUA, UNA PRIORIDAD
Desde el comienzo de las acciones para mejorar el panorama
ambiental de la ciudad, la reparación de las redes de suministro de
agua recibe un particular impulso, pues de la disponibilidad de ese
imprescindible líquido depende mucho mejorar la calidad de las
condiciones higiénicas individuales y colectivas.
Un periplo de los reporteros de Granma por varios consejos
populares del municipio de La Habana del Este, permitió apreciar los
trabajos hechos en esos territorios para beneficiar a más de 4 500
vecinos, además de instalaciones educativas y sociales, que en
algunos casos y por el notable deterioro de las tuberías, falta de
mantenimiento, y obras sin terminar, estuvieron casi diez años sin
recibir agua corriente. Solo podían ser abastecidos mediante pipas.
Como apunta Antonio Román Lago, director general de la Empresa de
Acueducto y Alcantarillado del Este, en apenas dos semanas y sobre
todo mediante la sustitución de los ramales de tuberías en mal
estado, lograron hacer realidad el suministro del vital líquido en
días alternos a 27 edificios de viviendas, seis escuelas (algo clave
para el lavado de las manos de los alumnos con frecuencia), círculos
infantiles, panaderías, peluquerías y otros inmuebles, situados en
los repartos Camilo Cienfuegos y Alamar.
Además de representar un salto cualitativo en la calidad de vida,
el dejar de emplear las pipas para el suministro de agua a los
lugares mencionados reporta la reducción de unos 7 200 litros en el
consumo de combustible al mes.
Lago calificó de compleja la situación de Alamar, donde alrededor
de 200 edificios no reciben agua por la vía del sistema de
acueducto.
En dependencia de la disponibilidad de recursos trabajaremos para
lograr que de manera gradual esta llegue a la totalidad de ellos,
acotó.
También se refirió a la supresión de salideros de agua potable y
albañales en la vía pública, labores que a su juicio no marchan con
la celeridad esperada. Mencionó la especial coyuntura que vive el
municipio de San Miguel del Padrón, el cual presenta una elevada
incidencia en el número de casos de salideros donde se ligan las
aguas limpias con las negras.
Bajo un fuerte sol, en el poblado costero de Guanabo apreciamos
cómo una agrupación de la Empresa Nacional de Perforaciones y
Construcciones del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de
Villa Clara, apoyada por el Contingente Blas Roca, ejecutaba la
limpieza de los llamados pozos de infiltración, que constituyen una
solución paliativa para recoger las aguas albañales en aquellos
lugares sin alcantarillado.
Eriel Gálvez Rodríguez, jefe de la citada brigada, explicó que
permanecerán en esa labor por tiempo indefinido, pues se trata de
una medida esencial para favorecer la salud y el bienestar de las
familias asentadas en las inmediaciones.
Sin embargo, el mal estado de las calles aledañas (ya casi sin
pavimento) puede conspirar contra este noble objetivo al propiciar
que queden en el interior de los baches restos de los desechos
sólidos extraídos de los pozos.
Por eso es fundamental que después de terminado el trabajo,
camiones con agua a presión limpien las aceras y vías, sentenció
Eriel.
Los rostros de la indisciplina social y el deficiente control de
las autoridades a la hora de poner orden afloraron durante el
recorrido.
Muros, cercas y hasta ampliaciones de viviendas hechas encima de
las redes del alcantarillado impiden ahora ejecutar diferentes
labores de rehabilitación, que beneficiarían a la comunidad.
Los casos anteriores pudimos observarlos en diferentes puntos de
La Habana del Este, pero estamos seguros de que están presentes en
otros territorios de la urbe.
El esfuerzo por aliviar la falta de agua potable al sector
residencial abarca a los quince municipios de la capital. Su avance
más lento o rápido estará en dependencia de los recursos con que se
cuente. Lo reflejado en este material solo es un pequeño esbozo de
la batalla integral por la higiene.
Valoraciones de
comunales |