Cada cubano se siente mentor desde las gradas. Sin ser
necesariamente un erudito, casi todos estamos de acuerdo en que la
lucha por la clasificación en la zona oriental será mucho más
difícil que en el oeste. Vamos entonces a un somero análisis.
ZONA ORIENTAL: El mejor equipo de la etapa clasificatoria de
la 48 Serie, el más ganador, líder en los tres departamentos del
juego, Ciego de Ávila, es, en mi opinión, el más completo del país
hoy por hoy. Tienen de todo los Tigres y Roger Machado puede sacarle
aún más a un conjunto cuya mayor debilidad en los play off fue la
falta de oportunidad de sus bateadores.
Hallará la oposición de dos grandes rivales: el subtitular Villa
Clara y el tres veces campeón en el pasado lustro, Santiago de Cuba.
Los Naranjas son el mismo plantel batallador de siempre, con una de
las mejores líneas centrales de la justa, encabezada por Pestano y
Paret. Su ofensiva no impresiona, pero marca carreras. Todo lo
contrario son las Avispas, con varias ausencias en su alineación,
pero con la fuerza de Olivera, Meriño y Bell como carta de
presentación. Si Cintra, un monticulista ganador, se recupera de un
mal año, formaría con Vera, Yaumier y Danny Betancourt un buen
cuarteto de abridores.
El cuarto pasajero para la postemporada debe de salir del binomio
Holguín-Guantánamo, los primeros con mejor pitcheo, los segundos
líderes el pasado año en cuadrangulares, 122, pero con un cuerpo de
abridores inferior, promediando seis limpias por nueve entradas.
Y de que el bateo no lo es todo fue una muestra Granma, con la
mejor pareja de jonroneros de la pelota cubana, Céspedes-Despaigne,
más de 200 cuadrangulares en cinco años, y la peor defensa de la
justa pasada. Las Tunas, por primera vez sin Osmany Urrutia, y
Camagüey, un colectivo que hace dos temporadas no juega para 500,
tendrán que esforzarse al máximo.
ZONA OCCIDENTAL: Un favorito de todos, el Habana. No solo por
su condición de campeón, sino por tener el cuerpo de pitcheo más
profundo del evento, por debajo de las cuatro limpias permitidas en
los últimos cinco años. Molinet, Juan Carlos Linares, Zulueta y el
jardinero Laza lideran el ataque de un seleccionado que no conecta
muchos cuadrangulares (54 el pasado año, decimotercero).
Detrás de ellos hay un trío: Pinar, Sancti Spíritus e
Industriales. Los vueltabajeros han sufrido lamentables bajas, pero
hombres como Lazo y Peraza pueden remolcar a los Mediasverdes, bajo
la batuta de un mentor con carisma de ganador, Alfonso Urquiola. Los
Gallos espirituanos también recurrieron a su anterior director,
Lourdes Gourriel, y conforman el equipo de más poder en la Serie,
con 437 batazos de vuelta entera en el lustro, aunque necesitan de
la recuperación de Ismel Jiménez y de un trabajo más eficiente de
todos sus lanzadores en general. De nada vale botar pelotas si a
usted le botan más.
Millones de aficionados se preguntan todavía qué le pasó a
Industriales el pasado año, por primera vez ganando solo 37 juegos.
Borrón y cuenta nueva dirá su director, Germán Mesa, a quien le
entraron refuerzos como Irait Chirino, Stayler Hernández, Roberto
Carlos Ramírez y Lisbán Correa, entre otros. Su cuerpo de lanzadores
cuenta con siete zurdos y el regreso de un buen relevista, Frank
Javier Menéndez.
Un quinto colectivo, la Isla, demostró garra y corazón a raudales
para, siendo un municipio, dejar en la cuneta a provincias. Michel
Enríquez, el Super 12 para todos los pineros, y el "hombre del brazo
de hierro", Carlos Yanes, serán los pilares de los Toronjeros, a los
que nadie se atreve a descartar.
Cienfuegos, Matanzas y Metropolitanos clasificaron, por ese
orden, como los tres peores del pasado lustro, jugando por debajo de
400 de promedio. Los yumurinos fueron, de esa tríada, los que mejor
jugaron, a solo una de las 40 victorias. Necesitan más pitcheo,
sobre todo de relevo, aunque todos conocemos que eso es deficitario
en nuestro béisbol.
Hasta aquí el pase de revista. De lo demás se encargará el
terreno.