El 8 de octubre de 1929 comenzó a funcionar en la Isla la primera
línea aérea comercial, cuando intereses norteamericanos y personeros
de la dictadura de Machado fundan la Compañía Nacional Cubana de
Aviación Curtiss S. A. Su vuelo inicial fue el 30 de octubre de
1930, al quedar inaugurada la ruta Habana-Santiago de Cuba.
Hubo en aquellos años peripecias increíbles: itinerarios que se
iniciaban en pistas de tierra e incluían amarizajes con aparatos
anfibios Sikorsky S-38, vuelos en condiciones atmosféricas adversas
y aerovías que se abrían sin la certeza de un mercado confiable.
Para marzo de 1932 el monopolio Pan American sustituye la línea
aérea Curtiss, la cual adquiere en 1944 el nombre de Compañía
Nacional Cubana de Aviación. Por esta época, su fama estaba
extendida en todo el mundo, ya que había sentado cátedra de
confiabilidad en sus asiduos pasajeros.
Pero no podemos hablar de una compañía aérea auténticamente
nuestra hasta el 15 de febrero de 1960, fecha en que comienzan a
volar los aviones con el rótulo de Cubana de Aviación, tras
fusionarse las empresas que existían entonces: Expreso Aéreo
Internacional, Aerovías Q y Cuba Aeropostal.
Fundadora y miembro de la Asociación Internacional del Transporte
Aéreo (IATA), Cubana de Aviación ha perfeccionado sus servicios en
los últimos años. Con la incorporación de nuevos aviones IL-96,
TU-204, Embraer y ATR-72 se han potenciado las operaciones
nacionales e internacionales.
Además, la ampliación de las relaciones de Cuba con otros países
en el campo diplomático, económico, comercial y cultural ha
extendido la red de vuelos, que hoy llega a ciudades importantes de
Europa, África y América.
Bajo las premisas de ofrecer cada vez un mejor servicio y confort
nuestra aerolínea bandera ha proporcionado un significativo aporte a
la llamada industria del ocio, ubicándose líder en cuanto a la
transportación de turistas desde o hacia Cuba.
Pese a los altos precios de los combustibles, la falta de
equipamiento, los límites impuestos por el bloqueo económico y las
agresiones de Estados Unidos, cuya máxima expresión sigue siendo el
crimen de Barbados, esta compañía está llamada a alcanzar la
rentabilidad en las operaciones y una atención al cliente similar a
la de las mejores aerolíneas.
Quizás hoy no sepamos con seguridad cuánto han volado los colores
de nuestra bandera desde el nacimiento de su compañía insignia hasta
la fecha, pero nos queda la certeza de que detrás de los controles
va la profesionalidad y la experiencia que avalan 80 años.