.— El régimen golpista en
Honduras carece de voluntad para solucionar el conflicto creado por
la asonada castrense de junio último, recalca hoy el diario Tiempo,
al evaluar los resultados de gestiones negociadoras.
La Comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA, que
durante esta semana gestionó la búsqueda de salidas a la crisis,
encontró un país en estado de sitio y lo abandonó en la misma
situación; un indicador incontrastable de la tenacidad dictatorial
que prevalecerá en el diálogo, estima el periódico.
Para acabar pronto con esta opereta del diálogo, más valdría
reconocer que no existen las condiciones ni la voluntad del régimen
de facto para solucionar el conflicto, subraya el editorial del
rotativo, perteneciente a la ciudad de San Pedro Sula, la segunda en
importancia nacional.
En opinión de Tiempo, el interés de los golpistas es ahondar el
conflicto para consolidar la dictadura militar de Micheletti, en
complicidad con sectores internos y el respaldo de grupos de derecha
radicados en Estados Unidos.
Según la publicación, se trata de una conspiración contra la
democracia a nivel continental, en la que los procesos electorales
solamente son viables si se garantiza el fraude.
La OEA consideró como imprescindible el restablecimiento de las
garantías constitucionales, el funcionamiento de los medios de
comunicación clausurados y que el presidente constitucional, Manuel
Zelaya, tenga normal contacto con sus representantes en la
negociación, recuerda Tiempo.
Ninguna de esas tres condiciones se ha cumplido, ni se cumplirá.
La imprenta del Diario Oficial La Gaceta está dañada, y, por lo
tanto, no hay manera de publicar el fementido decreto de derogación
del estado de sitio, evalúa el escrito periodístico.
Sin embargo, contrasta el análisis, el otro decreto que ordena a
la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) el cierre de
las frecuencias y canales de Radio Globo y Canal 36 (Cholusat-Sur)
es de ejecución inmediata. No necesita promulgarse, según la lógica
de los usurpadores.
Para los golpistas, agrega el editorial, la restitución del orden
constitucional es inaceptable porque daría oportunidad a que en
Honduras se celebraran elecciones libres, aseguradas con el estado
de derecho y la supervisión y el reconocimiento internacionales.
De acuerdo con el calendario electoral, el próximo 29 de
noviembre deberán celebrarse aquí los sufragios generales, pero el
proceso está virtualmente desfasado, debido a la actitud del
gobierno de facto, sopesa el rotativo.
Los intentos de diálogo carecen de sentido para el régimen de
facto, a menos que esto pudiera servir a sus propósitos, resume
Tiempo.