El más buscado terrorista del hemisferio occidental, Luis Posada
Carriles, devenido apócrifo pintor, resulta ahora que mostrará
supuestas "obras" suyas esta semana en el mismo centro de Miami,
donde desde hace más de 50 años se planean y organizan agresiones
armadas, atentados con bombas y crímenes contra el pueblo cubano y
de otras de otras naciones latinoamericanas.
Los "cuadros" de Posada Carriles —autor confeso del derribo con
bomba en pleno vuelo de una nave de cubana de aviación en 1976, que
costó la vida a 73 personas—, serán exhibidos a partir de este
jueves, justamente dos días después de conmemorarse un aniversario
más de ese horrendo hecho escenificado en las costas de Barbados.
La macabra idea de los organizadores de esa exposición evidencia
que Miami no ha dejado de ser la ciudad preferida por excelencia de
quienes tienen en su haber crímenes contra la Humanidad, y se burlan
no solo de la justicia de Estados Unidos, sino también de las leyes
internacionales.
De Posada Carriles no existe la menor duda que ha sido, además de
un terrorista, un "ilustre" miembro de la norteamericana Agencia
Central de Inteligencia (CIA) desde la década de los años sesenta
del siglo pasado.
Precisamente, documentos divulgados hace pocas horas por la
organización Archivos de Seguridad Nacional (NSA), citados por
agencias de noticias, confirmaron una vez más que ese asesino espió
para la CIA, y colaboró estrechamente con el "prominente" extremista
mafioso Jorge Mas Canosa, ya fallecido, en su guerra contra Cuba.
Tanto la propia CIA, como el Buró Federal de Investigaciones
(FBI), han identificado al mismo delincuente como el cerebro del
sabotaje contra la aeronave de Cubana en Barbados, acorde con los
mismos documentos.
En el abultado expediente de Posada Carriles no obran solo la
organización de atentados contra Cuba y contra la vida del ex
presidente Fidel Castro Ruz, sino también acciones violentas y uso
de la tortura en varios países latinoamericanos, como Venezuela,
Nicaragua, Honduras y El Salvador, entre otros.
Miami, sin embargo, hace caso omiso a todo ello y le permite hoy
a Posada Carriles exhibir sus "cuadros", lo que corrobora que esa
ciudad de Florida se empeña en garantizar las "libertades" a los
terroristas y a los prófugos de la justicia internacional.