Actualizado 12:05 p.m. hora local

Arroz, importante sustituto de importaciones en Cuba

La producción agrícola en Cuba constituye hoy una de las fuentes principales de contribución a la sustitución de importaciones, particularmente la de arroz, tradicional componente de la dieta de su población.

El país lleva adelante un programa especial de desarrollo del cultivo, en un momento favorable para el sector, según señaló recientemente el viceministro de Agricultura, Juan Pérez Lama.

Tal proyecto, para ser ejecutado en cinco años, prevé incrementos en la producción del cereal a precios competitivos con el mercado internacional que permitan el reemplazo de adquisiciones del exterior, desde un 29 hasta el 56 por ciento, dijeron fuentes del Ministerio de Agricultura (MINAG).

También persigue continuidad en la introducción de nuevas tecnologías, con énfasis en el mejoramiento genético y la multiplicación de semillas.

A lo anterior se suma el inicio de un proceso de transformación y recuperación de los sistemas productivos, en aras de alcanzar mayores rendimientos por área.

Antecedentes

El programa tiene como antecedente más inmediato, el incremento notable de las cotizaciones internacionales del arroz en los últimos años, que pasaron de unos 240 dólares la tonelada a más de mil dólares.

A ello se añade el crecimiento por año de las reservas mundiales del cereal y la imperiosa necesidad de emprender proyectos de reemplazos de compras en el exterior como parte de la estrategia de seguridad alimentaria del país.

Escenario productivo

Actualmente la producción arrocera especializada se realiza en siete complejos agroindustriales (CAI) y una granja agropecuaria, en siete de las 14 provincias del archipiélago.

En éste se siembran por año unas 40 mil hectáreas, con producciones de entre 60 mil y 70 mil toneladas de arroz para el consumo de la población.

Con igual objetivo se desarrolla el cultivo no especializado en 152 municipios de 13 provincias, el cual abarca unas 90 mil hectáreas promedio en las que despliegan su actividad unos 150 mil agricultores.

El volumen aportado por éstos anualmente es de 158 mil toneladas del alimento, que se destinan al consumo de la población.

La base productiva de esta gramínea en la isla la integran, complejos agroindustriales en los territorios de La Habana, Matanzas, Pinar del Río, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín y Granma, apoyados científicamente por el Instituto de Investigaciones del Arroz.

Se incluye la empresa agropecuaria Aguada, también en Matanzas.

En virtud de las proyecciones concebidas por el MINAG para 2009-2013, se sembrarán en el primer año del programa mencionado 168 mil hectáreas, la mayor parte en el sector no especializado, con 108 mil 100 hectáreas.

Se persigue, además, alcanzar rendimientos de 3,4 toneladas por hectárea, con una producción de 275 mil toneladas del cereal.

Las plantaciones deberán ascender en el último año del proyecto a 253 mil 600 hectáreas, con rendimientos de 3,8 toneladas por hectárea, todo lo cual deberá aportar un volumen de cerca de 500 mil toneladas.

Más adelante el hincapié se pondrá en verticalizar más la producción, aumentándola con rendimientos de cinco toneladas por hectárea, hasta llegar al estratégico objetivo del autoabastecimiento

fin de materializar estas aspiraciones se incorporarán a la esfera un importante grupo de tractores y combinadas arroceras, mientras se recuperan aviones que aseguran servicios a ese cultivo y se reconstruyen pistas de trabajo para las campañas.

Asimismo, se labora conjuntamente con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y la base productiva, a fin de elevar la producción no especializada.

Además, se consolida el rescate de la disciplina tecnológica en el lote del cultivo, como célula básica productiva, se reparan sistemas de riego y efectúan ventas de insumos para productores.

Entre tanto, la reciente entrega en usufructo de unas 55 mil hectáreas a personas para que las trabajen, se considera una importante contribución a las aspiraciones de lograr mayores volúmenes del cereal.

Impacto de la ciencia

a producción arrocera cubana tiene como soporte científico el Instituto de Investigaciones del Arroz (IIA) y cinco estaciones experimentales dislocadas por diversas zonas del país.

Según refiere la dirección del centro, éste dispone de más de 30 investigadores y especialistas con categoría científica, de ellos 18 en el IIA y el resto en varios CAI.

Entre algunas de las acciones en esa área para garantizar el desarrollo del proyecto arrocero, se encuentran inspecciones a la base productiva, la actualización de los instructivos técnicos del cultivo, y la generación de variedades y tecnologías. Si en 1990 se utilizaban especies no mejoradas genéticamente, ya en la actualidad están más de 40 en introducción, resistentes a plagas.

También figura la producción de semilla originaria, básica, y registrada, y asistencia técnica, capacitación y extensionismo, entre otros.

El paso de tres ciclones en apenas un mes en el segundo semestre de 2008, y de varias tormentas tropicales además, provocaron pérdidas en la agricultura cubana incluido ese cultivo - ascendentes a cerca de 10 mil millones de dólares.

En el caso de esa gramínea, las afectaciones se concentraron en más de 25 mil hectáreas.

Aunque el país ha hecho notables esfuerzos con vista a la autosuficiencia en ese producto, en particular tras el triunfo revolucionario de 1959, en realidad nunca pudo lograr ese propósito desde su introducción en el siglo XIX.

La necesaria cooperación

En un foro de negocios efectuado recientemente, en ocasión de la visita a esta isla del presidente vietnamita, Nguyen Minh Triet, el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba Ricardo Cabrisas destacaba la valiosa colaboración de esa nación al desarrollo del cultivo en el archipiélago, además de constituir su principal suministrador del cereal.

Según Pérez Lama, con esa nación se ejecutan siete proyectos de cooperación en esa esfera.

Además, con Canadá se colabora en la biofortificación (mejora del contenido de nutrientes de la gramínea), mientras que Japón contribuye al fortalecimiento de la producción de semillas. (PL)

 

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