Mulos: ¿anacronismo en el lomerío?

Sara Sariol Sosa

GRANMA, Los Horneros.— Danilo Díaz Cabrera, trabajador de la entidad de Flora y Fauna y residente en este elevado asentamiento del municipio de Guisa, es rotundo en su respuesta: "Por aquí no busque mulos, ya casi ni se ven y menos habrá, porque no hay yeguas".

Foto de la autoraMás de un millar de mulos demandan todavía las entidades serranas de Granma.

La respuesta de Danilo advierte sobre una problemática con alta incidencia en las zonas montañosas de la provincia de Granma, vista en un momento con cierta pasividad a pesar de su gran implicación en el cumplimiento de importantes programas económicos.

GÉNESIS

La unidad en la cual labora Díaz Cabrera funcionó por largo tiempo como centro de recría de esos animales de carga. "Todos los años —asegura— vendíamos un centenar, pero las yeguas se enfermaron, las vendieron, nunca más se repusieron, y el ganado vacuno ocupó su lugar".

A la otra unidad de igual encargo con que contaba el territorio granmense en El Mijial, municipio de Buey Arriba, le ocurrió exactamente lo mismo, cuando la anemia infecciosa equina invadió a las reproductoras.

Pero el mal no vino solo. Según Juan Casado Pérez, especialista del programa mular en la delegación provincial de la Agricultura, fue propiciado por la irresponsabilidad de quienes violaron las normas establecidas para el movimiento de los animales, lo que unido al mal manejo de la masa provocó un contagio general.

Las consecuencias las expusieron recientemente varios campesinos a este órgano de prensa. Luis Enrique Carrazana, presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios Miguel Ángel Batista, de Los Horneros, aseguró que son estimables las pérdidas de productos agrícolas por falta de mulos en qué trasladarlos desde zonas intrincadas de la montaña hasta los puntos de recogida.

Omar Carrazana Aguilar, gestor de Acopio en Los Horneros y Los Números ejemplificó: "Ahora mismo, el delegado de la circunscripción de La Ahumada comunicó que se están echando a perder grandes cantidades de plátano fruta porque no tienen cómo bajarlos, y eso sucede con bastante frecuencia, pues los pocos mulos existentes por aquí no son suficientes para trasladar el café, ni otras mercancías".

De acuerdo con información de Aldo Arévalo, coordinador del Plan Turquino en Granma, al cierre del primer semestre del corriente año, la masa mular en la provincia ascendía a 3 836 animales, cerca de un millar menos de los registrados unos siete años atrás, y a pesar de las acciones en marcha para revertir la situación, todavía carecen de mulos 32 entidades serranas, entre ellas 11 Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), 13 Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y ocho de Créditos y Servicios (CCS).

ESTRATEGIAS

Juan Casado Pérez llama la atención sobre la conveniencia de rescatar las dos unidades de recría, mientras, los productores tanto del sector estatal como privado, deben ganar mayor conciencia de su compromiso con la solución al problema de reproducir los animales necesarios para beneficio de su propio desempeño productivo.

Algo se ha adelantado en tal sentido. En el lomerío granmense existen hoy 27 puntos de monta y 32 pequeños patios para la reproducción mular (en conjunto disponen de 400 yeguas con burros), de estos 13 creados por campesinos y 19 en UBPC y granjas cafetaleras. El propósito —afirma Casado Pérez— es llegar a 50 patios y disponer de dos puntos por cada Consejo Popular.

"Potencialidades existen —reconoce Aldo Arévalo—, pero todavía es lento el ritmo de ese programa de desarrollo, el cual debe chequearse con más sistematicidad. Este año se han vendido 52 mulos a entidades de diferentes sectores, pero la demanda real sobrepasa los mil animales."

Por su parte Omar Carrazana Aguilar, el gestor de Acopio, observó: "Los pocos mulos que hay no tienen tiempo ni para comer", y así alertó sobre la atención de la masa.

"En eso —apuntó Casado— andamos mal, no basta con tener los mulos, es necesario trabajar por crearles una fuerte base alimentaria, con maíz, caña y otros componentes, pues trabajando tan duro y sin comer no podrán sobrevivir."

Hace algún tiempo era habitual ver a los serranos ascender y descender caminos a cuesta de mulo. Hoy, en medio de una depresión del transporte para esos sitios, muchos de ellos recorren a pie y bajo el sol intenso, kilómetros y más kilómetros, pues los pocos animales existentes apenas alcanzan para trasladar mercancías o productos agrícolas.

Entonces, de la búsqueda de soluciones ágiles a los problemas aún presentes, depende que ese útil cuadrúpedo no siga siendo casi un anacronismo en su autóctono medio.

 

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