La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el 40 por
ciento de los niños que fallecen anualmente en el mundo tienen menos
de un mes de nacido y la mayoría muere en el hogar sin recibir
cuidados profesionales.
Entre los principales motivos figuran el nacimiento prematuro y
bajo peso al nacer, infecciones, asfixia y traumatismos en el parto,
los cuales causan el 80 por ciento de los decesos, la gran parte
durante la primera semana de vida, destaca un informe de ese
organismo internacional de las Naciones Unidas.
Sin embargo, muchos de esos pequeños pudieran salvarse imponiendo
medidas sanitarias eficaces en el transcurso del parto y durante la
semana siguiente.
En los países en desarrollo son muy comunes los nacimientos en el
hogar y muy pocas mujeres reciben atención postnatal.
Otro gran número, aunque dan a luz en centros de salud, carecen
de recursos financieros para regresar a recibir cuidados médicos
para ella y su bebé, agrega el documento.
Por ello la OMS recomienda la realización de visitas
domiciliarias de un profesional de la salud calificado, tres veces
por semana, en las cuales se debe examinar al bebé para comprobar si
presenta problemas graves de salud y aconsejar a las familias sobre
los signos de peligro.
La estrategia, que puede aumentar las tasas de supervivencia de
los pequeños, incluye el fomento y apoyo a la lactancia materna
temprana y la alimentación del bebé exclusivamente con leche
materna, higiene del cordón umbilical y la piel y vacunación
oportuna.
Quienes necesitan cuidados especiales, como los de bajo peso al
nacer, hijos de madres seropositivas, u otros de mayor riesgo, deben
seguirse con mayor atención, resalta el texto.