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La actividad agrícola y la generación eléctrica en Panamá se
enfrentan hoy a la posible aplicación de medidas de contingencia,
dirigidas a minimizar el impacto del fenómeno climático de El Niño.
Según la gerencia de Hidrometeorología de la Empresa de
Transmisión Eléctrica S.A. (ETESA), las lluvias disminuyeron en
torno al 30 por ciento durante los meses de agosto y septiembre en
la vertiente del Pacífico.
Esta situación con El Niño, añadió la institución, podría
extenderse hasta abril del próximo año, con el consiguiente efecto
negativo sobre la agricultura y ganadería.
Un escenario de ese tipo, indicaron miembros de la Asociación
Nacional de Ganaderos, llevaría a la carencia de agua para la
atención de los rebaños, unido a la reducción de las áreas a sembrar
debido a la falta de sistemas de riego.
Frente a ello, se evalúan opciones como la creación de embalses y
abrevaderos, además de habilitar reservas de forraje para la
alimentación de los animales.
Mientras, en materia de generación de electricidad las
insuficientes lluvias provocan ya una caída en el nivel de los
embalses que alimentan a las centrales hidroeléctricas.
Versiones citadas este martes por la prensa local dan cuenta de
posibles ajustes de horarios en instituciones públicas, con vistas a
fomentar el ahorro mediante el empleo racional de equipos
electrodomésticos y de climatización.
Funcionarios de la Secretaría de Energía advirtieron que en caso
de acudir a las plantas térmicas de generación podría ocurrir un
incremento en la facturación a los consumidores.