.— El presidente Barack
Obama se reúne hoy con líderes de ambos partidos en el Congreso para
discutir sobre la mayor controversia política de actualidad en
Estados Unidos: la intervención en Afganistán.
La junta extraordinaria del mandatario demócrata y parlamentarios
ocurre cuando la Casa Blanca pretende conducir una revisión y
eventualmente un cambio de estrategia en la guerra liderada por el
Pentágono.
Está previsto que Obama se siente a platicar con la portavoz
directiva de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el jefe
mayoritario del Senado, Harry Reid, y los influyentes senadores
republicanos John Boehner y Mitch McConnell.
Varios altos oficiales, militares y personalidades de la
oposición están presionando al Ejecutivo para que incremente el
actual inventario de 68 mil efectivos en al menos 40 mil
adicionales.
Sin embargo, el secretario de Defensa, Robert Gates, no mostró
entusiasmo con esa opción y dijo el lunes que debemos calibrar bien
las recomendaciones antes de expresarlas cándidamente ante el
Presidente.
El jefe de las tropas estadounidenses y de la OTAN, general de
cinco estrellas Stanley McChrystal, reconoció que el Pentágono está
mal parado en Afganistán y urge modificar la estrategia de guerra.
Según el comandante de los ejércitos de ocupación, la situación
bélica de Washington es similar a la de un toro herido cargando
contra un matador (torero).
McChrystal explicó que el escenario empeora debido a la creciente
arremetida de los insurgentes talibanes y el descontento de la
población.
En un comunicado enviado al Comando Central, consideró que las
operaciones en Afganistán enfrentan una crisis de confianza y no
tendrán éxito, si el Departamento de Defensa insiste en mantener las
actuales tácticas.
McChrystal lidera a 100 mil soldados aliados, entre ellos 68 mil
estadounidenses. Está previsto que para diciembre las tropas
aumenten en 10 mil elementos, cinco mil de ellos norteamericanos.
Obama pidió paciencia al pueblo en relación con la guerra, y dijo
que aún falta bastante para derrotar completamente a las fuerzas
levantadas contra la intervención foránea.
El apoyo ciudadano a la expedición militar cayó hasta un nuevo
nivel crítico, según una encuesta de opinión difundida por el diario
USA Today y la agencia Gallup.
En la indagación, 42 por ciento de los consultados respondió que
Estados Unidos había cometido un error al enviar soldados, contra 30
por ciento que opinó lo mismo en febrero último.
Las ocupaciones de Iraq y Afganistán le han costado a Washington
más de cinco mil soldados muertos en siete años, unos 30 mil heridos
y costos superiores a 12 mil millones de dólares mensuales.