China: en alto la bandera del socialismo

Entrevista al embajador Zhao Rongxian

ARNALDO MUSA
musa.amp@granma.cip.cu

Foto: Arnaldo Santos"El pueblo chino se ha puesto en pie". Con estas palabras comenzó Mao Zedong la alocución al millón de personas que se reunió en la plaza de Tiananmen para ser testigo de uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la humanidad: la proclamación de la República Popular China el primero de octubre de 1949. Antes se tuvo que librar una lucha de tres décadas por la liberación del país, contra los colonialistas japoneses y las fuerzas reaccionarias de Chiang Kai-Shek.

Recuerda el embajador Zhao Rongxian que China tuvo entonces que iniciar una marcha hacia el desarrollo, larga y compleja, plagada de obstáculos y no exenta de provocaciones de aquellos que no desean verla convertida en una nación socialista próspera e independiente.

Así, el país pobre y atrasado de inicios del siglo pasado se ha consolidado como una nación estable, fuerte, sólida y unida que continúa avanzando en su indetenible proceso de crecimiento económico y social, lo cual indica que China ha demostrado una sabia e inquebrantable voluntad para persistir en la realización de un proyecto de desarrollo socialista con características propias y una política exterior pacífica y coherente.

Añadió que nada de esto se hubiese logrado sin la sabia conducción del Partido Comunista y sin el apoyo consciente, entusiasta y decidido del pueblo chino.

La nueva dirección, con Hu Jintao al frente, ha hecho suyo ese importante legado teórico y práctico, segura de que no hay otro camino posible que el de la victoria en medio de transformaciones económicas esenciales.

Zhao hizo hincapié en el proceso de reforma y apertura iniciado en 1978, que "marcó el inicio de la liberación de las fuerzas productivas, lo cual permitió que se cumpliera anticipadamente en el 2000 la meta de cuadruplicar el valor per cápita global de 1980.

"El segundo paso, del 2000 al 2020, era volver a cuadruplicar ese per cápita, es decir de 800 dólares a 3 200. El año pasado llegamos a 3 000 y es posible que en este 2009 o el 2010, la meta se cumpla con unos diez años de antelación. Ello hace que la vida del pueblo sea más confortable.

"El tercer paso comprende hasta el 2050. Para ese entonces China sería una nación desarrollada. Ese es nuestro propósito", afirmó.

Al referirse a la actual crisis financiera y económica, dijo que afecta al país, pero que desde el pasado año se aplican medidas de estímulo: "El Gobierno central ha invertido una gran suma de dinero y este año hemos logrado ampliar la demanda interna y promovido las exportaciones, por lo que se mantiene el desarrollo económico. En el primer semestre se creció 7,1% y en el tercer trimestre, 7,9%, por lo cual se espera alcanzar la meta del 8%".

Convencido, el diplomático subrayó que "el camino que ha tomado el pueblo chino es el de la construcción del socialismo, que es la línea más propia y necesaria en este proceso histórico, a fin de lograr una nación próspera, civilizada, democrática y armoniosa".

Los enemigos del socialismo y de China en específico, no han dejado de conspirar para subvertir ideológicamente y dar al traste con el desarrollo de la nación asiática. En este contexto se encuentran las conspiraciones separatistas, el aliento al terrorismo, el tratar de sabotear la política de: "un país, dos sistemas", etcétera. "Siempre hay gente que no quiere que China logre ese desarrollo. Han puesto, ponen y van a seguir poniendo obstáculos. Pero el pueblo, bajo la dirección del Partido Comunista, también está convencido de que desaparecerán esas trabas, tanto en la construcción como en la exploración del camino hacia el socialismo".

Al referirse a la más reciente sesión plenaria del Comité Central del Partido, apuntó que "el tema principal fue el de la construcción de la organización y cómo gobernar, cómo dirigir en beneficio del pueblo".

En la parte final de la entrevista, el Embajador expresó que "los vínculos entre Cuba y China constituyen un ejemplo de sinceridad, transparencia y colaboración mutua, tal como han demostrado las más recientes visitas del presidente Hu Jintao y otros dirigentes de alto nivel.

Luego de expresar el repudio de su país a la decisión norteamericana de continuar su criminal bloqueo, impuesto durante décadas, destacó que ambas naciones, sus Partidos, Gobiernos y pueblos, siguen unidos en la lucha por mantener en alto las banderas del socialismo.

 

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