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Grande de Cuba, la frase del director artístico del Festival de Cine
y Culturas de América Latina, Jean Christophe Berjon, sirvió para
presentar hoy aquí la retrospectiva del realizador Juan Carlos Tabío.
Berjon, el también activo organizador de La Semana de la Crítica
de Cannes, destacó que representa un honor para la cita en esta
ciudad vascofrancesa contar con Tabío, a quien calificó de autor de
lucidez mordaz del séptimo arte en la isla caribeña.
Recordó igualmente, que en el año del 50 aniversario de la
Revolución Cubana, era imprescindible invitar al legendario festival
de La Habana, considerado a menudo como el festival latinoamericano
más grande del mundo.
Lista de espera se convirtió en realidad en la segunda marca de
Tabío en el 18 encuentro de Biarritz, luego de su debut el lunes con
El cuerno de la abundancia, que concursa por el Premio El Abrazo.
El humanismo de su mirada, su benevolencia y su locura dulce
consiguen divertir, seducir y emocionar, apuntó Berjon al mencionar
además antecedentes insoslayables como Fresa y Chocolate, y
Guantanamera, al lado de Tomás Gutiérrez Alea (Titón).
A esa trilogía muy reconocida internacionalmente, se suma
Demasiado miedo a la vida (Plaff), a la cual el experto francés
calificó de verdadera rareza que trae a la pantalla a la excepcional
Daisy Granados.
Como si faltaran ingredientes, otras dos obras de la filmografía
cubana llegan a esta pintoresca urbe del suroeste de Francia, La
vida es silbar (Fernando Pérez) y Personal belongings (Alejandro
Brugués) dentro del tributo al Nuevo Cine de La Habana.
Para colocar la varilla bien alta, en estos días de Biarritz se
añadirán a la muestra las laureadas Amores perros (Alejandro
González Iñárritu-México), Garage Olimpico (Marco Bechis-Argentina)
y El hijo de la novia (Juan José Campanella-Argentina).
Decenas de películas, cortometrajes y documentales disputarán
aquí 14 premios que se darán a conocer el sábado, la noche antes del
cierre del evento.