.— El rechazo a un eventual 
			acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos crece hoy en el 
			país, el cual ha enrarecido las relaciones entre Bogotá y sus 
			vecinos al ser considerado una amenaza a la paz y la estabilidad en 
			el hemisferio.
			Para el secretario general del Partido Comunista de Colombia, 
			Jaime Caycedo, el tema de las bases esta cambiando no solamente el 
			panorama de la política y las luchas sociales democráticas en la 
			nación, sino también a nivel continental.
			Caycedo dijo a Prensa Latina que sobre la sociedad colombiana 
			recae en estos momentos una enorme responsabilidad, dado que esta en 
			juego la búsqueda de una paz democrática para el país.
			Tenemos sobre nuestros hombros una enorme responsabilidad de 
			lograr los cambios que hagan posible esta paz y la desaparición de 
			todos los pretextos que el imperialismo enarbola, desde un punto de 
			vista intervencionista, contra el derecho esencial a la 
			autodeterminación de los pueblos y de los procesos que se vienen 
			dando en la región, apuntó.
			El dirigente comunista también destacó los planteamientos 
			realizados por varios países durante la pasada reunión 
			extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en 
			Bariloche, Argentina, toda vez que el tema de la paz en Colombia es 
			ya un asunto del continente.
			Lo que se ha expresado en la UNASUR tiene un mérito muy grande, 
			porque este mecanismo de integración regional no se ha roto ni se ha 
			venido a menos al analizar este problema común de América Latina y 
			Suramérica, en particular, manifestó.
			Además, agregó, el Consejo de Defensa Suramericano asume y toma 
			en sus manos la consideración, el juicio, el análisis y el 
			seguimiento de esta realidad, donde la presencia de tropas 
			norteamericanas en Colombia, a raíz del referido acuerdo militar, 
			constituye una amenaza real para la región.
			En tanto el académico y garante de paz Alejo Vargas señaló a 
			Prensa Latina que sin dudas la decisión del gobierno colombiano de 
			permitir el usos de siete de sus bases por efectivos estadounidenses 
			genera una compleja y peligrosa tensión en el hemisferio.
			El también profesor de la Universidad Nacional indicó que más 
			allá de los alegatos de la administración colombiana sobre la 
			presunta necesidad de este acuerdo militar con Estados Unidos para 
			combatir el narcotráfico y la guerrilla, ello es visto desde una 
			perspectiva geopolítica por los gobiernos de la región.
			En opinión de Vargas, el tema de las bases es para Washington uno 
			más de sus puntos estratégicos de orden global, como los tiene en 
			todos los continentes, en ese papel de ser gran potencia a nivel 
			mundial, que se atribuye el papel de poder controlar y tener 
			presencia en todo el planeta.
			De ahí, explicó, que se vea con preocupación la presencia de esas 
			tropas en Colombia, toda vez que la historia de las relaciones entre 
			la nación norteña y América Latina para nada ha sido rosa, sino por 
			el contrario, han estado atravesadas por sucesos oscuros, acotó.
			Vargas también indicó que con este pacto el gobierno colombiano 
			se aleja más de la región, pues la mayoría de los Estados 
			latinoamericanos miran los procesos de integración de otra manera, a 
			partir de la necesidad de priorizar otros aspectos de carácter 
			social y económico, y no el de la presencia militar extranjera.
			A su vez, calificó de suma importancia lo que vaya acontecer hoy 
			en la reunión de ministros de Defensas de la UNASUR, que tiene lugar 
			en Quito, Ecuador.
			Tengo esperanzas que tanto la UNASUR como el Consejo de Defensa 
			Suramericano sean el escenario en el cual eventualmente pudieran 
			ponérsele algunas restricciones a esa presencia militar 
			norteamericana como lo han venido pidiendo varios países, significó.
			Por otra parte, el presidente de la Corporación José Martí, Jorge 
			Cáceres, afirmó a Prensa Latina que la gran mayoría del pueblo 
			colombiano ve con indignación como el país se ha convertido en una 
			plataforma para la expansión de los intereses de Washington en el 
			hemisferio.
			Estamos muy dolidos de que nuestro gobierno y el ejercito, 
			desconociendo el mandatado del legado ideológico del libertador 
			Simón Bolívar hoy acepte la presencia imperialista de esas tropas 
			que por donde quiera que han pasado han dejado miseria y odio, 
			expresó.
			Cáceres advirtió que con este acuerdo militar entre Estados 
			Unidos y Colombia, la nación norteña pretende detener los procesos 
			que tienen lugar en América Latina, "que han dicho basta a la 
			explotación, a la ignominia que viene imponiéndose a nuestros 
			territorios", acotó.
			"Nosotros, subrayó, queremos a los marines norteamericanos, pero 
			los queremos allá en las calles de Harlem ayudando a su pueblo, los 
			queremos allá en Nueva York, cuidando sus calles y no entrometiendo 
			sus narices y su agresiva fiereza en nuestros suelos 
			latinoamericanos".
			El activista colombiano aseguró que son innumerables las voces 
			que en su país rechazan enérgicamente la presencia militar 
			norteamericana, por lo que exhortó a los pueblos del mundo a 
			denunciar las pretensiones hegemónicas de Estados Unidos y la 
			actitud guerrerista del presidente Álvaro Uribe.