— En vísperas del inicio del 
			curso escolar, las autoridades venezolanas permanecen hoy alertas 
			ante posibles intentos de entorpecer el inicio de clases por 
			sectores opositores disgustados con una nueva ley de Educación.
			La reticencia opositora contrasta con el beneplácito de sectores 
			populares e integrantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) 
			que consideran la legislación una garantía para la educación de los 
			grupos de menos ingresos.
			Las patrullas (organizaciones de base del PSUV) cooperan con las 
			autoridades docentes en la preparación de las aulas para el curso a 
			comenzar mañana que, sólo en nivel primario, tendrá una matrícula de 
			más de siete millones de escolares.
			Entre otros elementos, la ley garantiza la jubilación con ciento 
			por ciento del salario a maestros y profesores y prohibió el cobro 
			de matrícula en planteles públicos e igualó el voto de estudiantes y 
			profesores en las universidades.
			Asimismo ratificó el carácter laico de la educación, como es 
			tendencia mundial, y sin prohibir la enseñanza religiosa, determinó 
			que debe realizarse fuera del currículo y no podrá determinar el 
			paso de los alumnos a un siguiente nivel.
			La decisión fue recibida bien por representantes de diversas 
			creencias, pero motivó una reacción de la jerarquía católica 
			nacional que la consideró un intento de sacar a Dios de las escuelas 
			en respaldo a la oposición política.
			Las autoridades respondieron que se trata de dar la opción al ser 
			humano de decidir si profesa alguna creencia religiosa y cual y 
			alertó sobre el error de los jerarcas católicos de identificar 
			religión con catolicismo.
			Esa posición fue criticada por religiosos como el reverendo 
			presbiteriano Valmore Amaris, quien en declaraciones al diario 
			Ciudad CCS acusó a la cúpula católica de manipulación al identificar 
			enseñanza laica con un ataque a Dios.
			Gamaliel Lugo, presidente de la Unión Evangélica Pentecostal de 
			Venezuela, estimó que la ley pone las cosas en su sitio, porque los 
			padres no pueden dejarle a la escuela la formación religiosa de los 
			niños. El lugar para educar en la fe es la familia.
			Al intervenir en la polémica, el presidente Hugo Chávez afirmó 
			que "la educación debe ser para la liberación de esos niños y no 
			para formar esclavos que terminaran siendo adoradores de sus amos", 
			al referirse a un correo electrónico atribuido al Cardenal de 
			Caracas, Jorge Urosa.
			En ese documento, presuntamente Urosa aboga por una educación que 
			privilegie a los hijos de las clases ricas en detrimento de los 
			pobres, coincidiendo con el enfoque de enseñanza privada aplicado 
			tradicionalmente por la iglesia católica.
			Por eso, la burguesía venezolana le tiene miedo (a la ley), 
			porque ellos quieren el modelo de educación para la dominación, 
			subrayó Chávez.